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El 29-S se jugó en los polígonos y se diluyó en las ciudades

Los piquetes paralizaron los astilleros de Vigo y algunas plantas de automoción

ABC

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La madrugada fue movida en la práctica totalidad de los polígonos industriales. Enfrentamientos entre piquetes y fuerzas de seguridad se sucedieron hasta primeras horas de la mañana, consiguiendo, en la mayor parte de los casos, retrasar más que paralizar al completo la actividad laboral. Mientras, en la mayoría de las ciudades y pueblos de España la jornada se vivió en un clima de normalidad, con el comercio y la hostelería abierta sin los síntomas de una huelga general.

Fue quizás Asturias la Comunidad en la que los piquetes lograron una mayor repercusión al paralizar todo el transporte cortando diversas vías del Principado. Desde la patronal Asetra se aseguró que muchos camiones no salieron a las carreteras por «miedo» a los huelguistas.

En el País Vasco la ausencia de incidentes protagonizaron la jornada de huelga convocada por UGT y CC.OO., que tuvo una repercusión menor que en el resto del país debido a que los sindicatos nacionalistas de ELA y LAB no se sumaron a la protesta, pues ya habían convocado un paro masivo el pasado 29 de junio. El tráfico aéreo fue el más afectado. Los aeropuertos de Vitoria y San Sebastián no operaron y el de Bilbao funcionó al 25 por ciento.

Así, en Cantabria hubo un alto seguimiento en el sector industrial, la construcción, el ámbito privado y la mayoría de las comarcas, mientras se registró normalidad en la administración pública, hospitales y colegios. Y en Galicia el éxito de la huelga general se midió en Vigo, el motor industrial de la Comunidad. Los piquetes lograron su cometido en los principales puntos calientes de esta urbe y los astilleros no llegaron ni tan siquiera a abrir sus puertas. La planta automovilística de PSA Peugeot Citroën registraba los principales incidentes de la jornada, con la intervención de la Policía Nacional, cuando unos trabajadores de la firma francesa intentaban acceder a la fábrica para comenzar el turno nocturno. Tampoco hubo actividad en la planta de Navantia en Fene y Ferrol y se cerraron los aeropuertos de Peinador en Vigo y Alvedro en La Coruña. Como en Navarra en donde la ausencia de incidentes tuvo el contrapunto de la paralización de trenes y vuelos.

En General Motors

Otro objetivo de los sindicatos era la factoría de General Motors en la localidad zaragozana de Figueruelas en donde el paro fue total y se dejaron de producir unos 1.800 coches de los tres modelos que se fabrican. Los paros fueron secundados también ampliamente en el tejido de industrias auxiliares de automoción y en grandes factorías de otros sectores. Sin embargo, en el resto de actividades la huelga tuvo una incidencia escasa en Aragón, que en sector público alcanzó el 15 por ciento. Durante toda la mañana se sucedieron las protestas de grupos de decenas de sindicalistas por el centro de la capital aragonesa que cortaron el tráfico de algunas vías ante la presencia de agentes de Policía Local y de Policía Nacional, que optaban por desviar el tráfico y dejar que las protestas siguieran su curso.

En Logroño, el acceso a Merca Rioja fue bloqueado por unas 200 personas y no se permitió la entrada a los camiones, a la vez que en la carretera de entrada al barrio de Varea, donde hay un polígono industrial, se colocó una barricada a la que se prendió fuego. A la hora de la apertura de los comercios del centro de Logroño hubo una gran presencia de piquetes informativos. La presión de estos piquetes también se sintió en el comercio, que al final abrió en su mayor parte.

En Castilla y León, los funcionarios de la Administración autónoma, local y del comercio dieron la espalda de forma mayoritaria a la huelga, que no se dejó sentir en las zonas urbanas. Sin embargo, un de los principales incidentes se vivió a primera hora cuando los trabajadores del Servicio Municipal de Autobuses de Valladolid (Auvasa) se disponían a entrar en las cocheras. Ante la falta de acuerdo de los servicios mínimos 230 manifestantes, entre los que se encontraban los líderes sindicales de CC.OO. y UGT, Ángel Hernández y Agustín Prieto, intentaron impedir cualquier funcionamiento del servicio público. Una vez controlada la sentada frente a las puertas de la cochera salieron, con hora y media de retraso, 38 de los 110 vehículos habituales.

En Burgos, un agente de la Policía Local resultó herido leve tras recibir un botellazo en las cocheras de los autobuses urbanos. Más calmada fue la entrada a primera hora de la mañana en la factoría de Renault en Valladolid, en donde el paro se siguió en torno al 50 por ciento, que sin embargo sí registraba incidentes durante el acceso de los trabajadores de tarde.

«Sólo en Castilla-La Mancha habrá más de 20.000 personas trabajando en la recolección de la uva». Estas palabras del presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, dan idea del escaso alcance y del ambiente que durante el día de la huelga general se respiró ayer en una región eminentemente agrícola. En las empresas y en las centros urbanos, la actividad no desentonó de la de cualquier otro día.

En Andalucía, la normalidad resultó rota en Málaga en donde tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía resultaron heridos leves junto a unos grandes almacenes, mientras que en Sevilla la Policía Nacional puso a disposición judicial a un detenido por golpear a un agente frente a Universidad. Mientras, en Murcia, los piquetes consiguieron el cierre de El Corte Inglés, aconsejado por la Policía para evitar incidentes; y en Extremadura el día transcurrió sin sobresaltos.

Sin teléfono

En las Islas Baleares la incidencia del paro fue prácticamente nula en la sanidad pública, en el sector hotelero y en los comercios. El incidente más destacable se produjo en Menorca, en donde el corte de cables de fibra óptica dejó sin línea telefónica, durante unas cuatro horas, a unos 18.000 usuarios de Ciutadella.

Y en Canarias, las dos capitales amanecieron con una actividad normal en muchas zonas, pero con cierto descenso en el movimiento portuario, que se vio afectado por la no entrada de camiones, aunque el transporte de pasajeros operó con regularidad. En el Puerto de Santa Cruz de Tenerife todo funcionó como cualquier otro día, terminal de contenedores y comunicaciones con Gran Canaria incluidas. Una postal algo diferente ofreció el Puerto de La Luz y el de Las Palmas, en donde reinó un ambiente de día festivo, sin entrada de camiones y sin el movimiento habitual de las grúas y los contenedores.

En los aeropuertos bajó la actividad en los vuelos con la Península y el extranjero y se mantuvieron las conexiones interinsulares.

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