«La sostenibilidad de la música contemporánea no puede depender únicamente del Gobierno»

Celebrado los días 23 y 24 en el Centro Cultural “La Cigarreras”, la cita ha contado con la participación de 18 estands y la actuación de cuatro grupos emergentes. Félix Palomero , director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem), responsable del CDMC, entidad organizadora del Festival de Alicante y de esta feria, se mostró hoy muy satisfecho con los resultados de este I Encuentro. “Sobre todo porque es lo que me han transmitido los propios expositores. Algunos de ellos me han  comentado que han hecho más negocios que en otras ferias internacionales, como la de Frácfort”.

Otro aspecto positivo de esta feria es que han podido coincidir en ella “agentes de la música que normalmente deberían estar integrados pero que cada uno va por su lado: editores, intérpretes, editores discográficos...”. Palomero hace un inciso y recuerda que estos objetivos “ya salieron en el foro que se organizó el pasado año en el que se reclamó una ayuda para la internacionalización de la música contemporánea española”.

En cuanto al futuro de la feria y el peso que ésta va a tener dentro del Festival de Música de Alicante, que a partir de la próxima edición dependerá directamente del Inaem y no del CDMC, asegura que es un complemento de los eventos musicales que conforman el Festival propiamente dicho. “Lo que tenemos que hacer es intentar implicar más a la gente para que acuda al festival, y para ello quiza haya que sacar algo a la calle”.  “La feria, en definitiva -señala-, tiene un formato profesional y su principal objetivo es traer programadores internacionales que al final del día acudirán a los conciertos”.

Alicante se ha convertido estos últimos dias en punto de encuentro de numerosos intérpretes de música contemporánea que han debatido mucho sobre el futuro del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC), que ha dirigido durante los últimos diez años por Jorge Fernández Guerra , y que a partir del 1 de octubre desaparecerá para integrarse dentro del Centro Nacional para la Difusión de la Música, del que se hará cargo Antonio Moral. “El CDMC como marca o unidad de producción no va a continuar. La política en música contemporánea formará parte del Centro de Difusión y Creación musical, por una razón muy sencilla: a parte de por una optimización de recursos, porque tenemos que hacer unas políticas que se abran desde Madrid”.

Este replanteamiento en ningún caso, según el director del Inaem, hará que la música contemporánea pierda peso frente a otra músicas que también integrarán el nuevo centro. “Todo lo contrario, lo va a ganar. Un análisis de la actividad de los último años me hace pensar que la labor de difusión hacia el exterior puede no haberse producido en gran medida”.  “Razones de capacidad de producción y económicas” han sido, en opinión del director del Inaem, las causantes de que la actividad del CDMC “se haya volcado excesivamente en sus ciclos de Madrid, a parte del Festival de Alicante, que sí permanecerá como marca y va a tener su entidad”, matiza. A pesar de sus limitaciones, Palomero elogió el desarrollo del CDMC, “que ha tenido una velocidad de crucero estupenda,  y una gran calidad, pero quizá demasiado centrada en su presencia en Madrid, una ciudad que tiene una programación muy rica.

Hay muchas otras entidades que hacen música contemporánea, y lo que nosotros tenemos que aprovechar es  nuestra capacidad de producción sobre todo en el exterior con coproducciones, giras, colaboración con otros festivales, y la integración de la música contemporánea en otro tipo de conciertos y ciclos. Tenemos que reflexionar sobre lo que se ha hecho y aquilatarlo con los medios de los que disponemos”. 

Lo que es cierto, y de lo que se queja gran parte del sector,  es que estos medios -las subvenciones-  se han visto seriamente reducidos a causa de la crisis durante el último año, afectando de manera grave a algunas agrupaciones hasta el punto de reducir su actividad al mínimo. “Lo que no puede ser es que creemos proyectos basados en una única vía de financiación estatal -argumenta Palomero-, y que luego la sostenibilidad dependa únicamente del gobierno. Y que incluso -añade-, hayamos animado a su creación en momentos como éste.

Las ayudas a grupos se han seguido dando pero integradas en competitividad con otros grupos, como los de la música barroca que piden que se utilice con ellos el mismo baremo. Eso nos llevaría a una fragmentación de las ayudas que no beneficiarían a nadie”.   Subraya, asimismo, que sí se han mantenido los apoyos económicos. “Tal vez hayan bajado, pero tendrán que buscar otras fuentes de financiación”.

Una de las que sí ha desaparecido es la ayuda a los sellos discográficos “porque entraban en competencia con otras iniciativas, y nuestra intervención puede ser contraproducente”, justifica. Por último, Palomero niega rotundamente que con el replantemiento que se ha hecho de la gestión de la música contemporánea Cultura le esté dando la espalda a este sector, sino todo lo contrario. “No hay un menor apoyo. Lo que sí hay es un análisis de la situación y de la optimización de recursos. Nuestra política refuerza la difusión de la música contemporánea”, concluye.