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campaña de incendios

La Fiscalía reduce a 13.000 las hectáreas quemadas este verano

El informe se centra en los 36 días estivales de más incidencia del fuego. Los datos, muy «lejos» de las más de 86.000 hectáreas calcinadas en 2006

efe

MARÍA EUGENIA R. LOSADA

«Bajo ningún parámetro» se pueden establecer «términos de comparación con 2006». A pesar de que las condiciones meteorológicas «fueron, sin duda, duras, cualquier relación con aquel año, tanto en número de incendios, hectáreas quemadas o alarma social generada, queda afortunadamente lejos». Estas palabras del titular de la Fiscalía Superior de Galicia, Carlos Varela, dan una idea del contenido del informe presentado por este órgano, que expone que un total de 1.834 incendios calcinaron 13.000 hectáreas—3.000 de ellas, pertenecientes a zonas protegidas—de monte gallego entre el 1 de agosto y el 5 de septiembre.

Las más de 86.000 hectáreas abrasadas por las llamas durante el llamado «agosto negro» de 2006 dejan muy atrás las cifras de este verano, que no por ello dejan de ser «elevadas», explicó Varela durante la rueda de prensa posterior a su reunión en la sede del TSXG con representantes de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

182 provocados, 1 detenido

El máximo representante de la Fiscalía gallega hizo especial mención a la causalidad de los incendios. De los casi 2.000 fuegos registrados, 182 fueron intencionados. Se detuvo e imputó a 14 personas por este motivo, pero sólo una de ellas permanece en prisión preventiva. Se trata del presunto autor del incendio de Ponteareas (Potevedra) iniciado el pasado 27 de agosto. Del incendio en el municipio pontevedrés de Fornelos (12 de agosto), en el que dos brigadistas perdieron la vida, hay, por el momento, un imputado, aunque prosiguen las investigaciones.

No hay ninguno por los dos principales incendios registrados este verano, el de Boiro (La Coruña, 14 de agosto) y de Laza (Ourense, 29 de agosto), donde el fuego acabó con 552 y 1.715 hectáreas, respectivamente. Y es que, según advirtió Varela, hay «muchos problemas» para que las personas declaren como «testigos» porque los causantes suelen ser «gente de zonas próximas». De hecho, los problemas psíquicos y las malas relaciones vecinales» son dos de las razones más habituales de los incendiarios. Las quemas de «restos forestales» provocaron el 24 por ciento de los incendios, mientras que el 11 por ciento fue resultado de negligencias. La principal conclusión extraida por Varela es que «no hubo intereses organizados, ni económicos» aunque sí causas instrumentales, como la «caza».

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