Hazte premium Hazte premium

ARTE

Con fuerzas renovadas

La galería Raquel Ponce inicia un programa de comisariados y apoyo al arte emergente con la muestra «En proceso. Disculpen las molestias»

abc

óscar alonso molina

Un año más se pone en marcha la nueva temporada expositiva y, a medida que nos vamos desperezando, volvemos a encontrarnos por los recorridos de la ciudad que une al circuito de galerías con los conocidos del mundillo. Resulta entonces inevitable hacer los habituales y fastidiosos resúmenes del veraneo, no faltando el clásico sondeo sobre cómo se prevé «la cosa» durante los próximos meses. Para nuestra desgracia, lo que se avecina tiene toda la pinta de ser más de lo mismo , con el cansancio añadido que provoca seguir hablando de la crisis.

Por ello, resulta importante cómo se afronte la puesta en marcha tras el parón estival. Es una cuestión de psicología: un gesto, algo simbólico, pero por ello mismo significativo a nivel colectivo. Y cuando ya estamos aburridos de escuchar que el modelo expositivo de galería tradicional parece agotado (y más ahora, cuando el ritmo mercantil permanece al ralentí), resulta muy de agradecer que sea justo allí desde donde se propongan alternativas y fórmulas de renovación internas . Así, que una galería de perfil joven pero suficientemente consolidada, como la de Raquel Ponce , se ponga desde el principio las pilas, realizando con el pistoletazo de salida un esfuerzo suplementario al encargar la organización de la exposición inaugural a un comisario externo, bajo la premisa de presentar nombres no vinculados anteriormente al negocio, y preferentemente emergentes, cuanto menos merece el aplauso , pues imprime en el aire alguna nota fresca, la imagen de hacer cosas con ganas y de provocar estímulos.

Nuevos allegados

El encargo ha recaído en Javier Díaz-Guardiola , quien ha seleccionado cuatro artistas en torno a los 35 años, cuyos nombres no aparecen ligados de manera firme a ninguna otra galería comercial, a pesar del indudable interés de casi todos. Allí, nada más entrar nos dan la bienvenida dos nombres que entraron en contacto con el comisario hace casi un año, con motivo de la última edición de los Circuitos de la Comunidad de Madrid. La primera es Loreto B (Burgos, 1976), cuyos dibujos a partir del estarcido de carbón con prendas de ganchillo, y sus patrones en papel de periódico intervenido, desgraciadamente no poseen la capacidad de seducción que su trabajo demostró en la muestra citada.

Tampoco terminan de convencer completamente las pinturas del segundo, José Enrique Mateo León (Ayamonte, 1976), cuyo interés se centra en la imagen que los medios de masas transmiten de conflictos internacionales. Muy ligado, tanto formal como conceptualmente, al trabajo de Simeón Saiz Ruiz, cabe destacar, sin embargo, la calidad gráfica de los dibujos a rotulador que presenta, donde alcanza una mayor autonomía plástica y un dominio más convincente y personal de sus recursos.

Dominio del espacio

A partir de aquí la exposición cobra mayor interés, y desde el arranque de la bajada a la planta inferior, en una escalera literalmente ocupada por las magníficas fotos de Albert Corbí (Alcoy, 1976), la sensación de dominio del espacio y de rotundidad en la propuesta comisarial se consolida. A estas fotos se une en el descansillo la ruina de su Estantería genérica para clase media después de un incendio (2010). Aprovechando la dificultad de acomodarse en este desnivel y la rampa, las imágenes de Corbí, magníficamente instaladas, proponen una fractura en nuestra percepción del orden y las coordenadas de orientación en los interiores domésticos, donde la precariedad y el accidente juegan un papel decisivo. Conviene estar atento a un artista que en tan difícil ocasión demuestra tanto, y cuyo trabajo mantiene un nivel más que notable.

Una vez abajo, el recorrido nos depara otro feliz encuentro con la vídeo-instalación de Fernando Guitérrez (Oviedo, 1973), titulada Veranda (2010). Un sencillo pero muy sugerente trabajo de dibujo animado, en estricto blanco y negro, con los medios justos, que, proyectado sobre la pared, parece salpicar al resto de la sala donde quedan estampados muchos de sus protagonistas. Inquietud tras la aparente inocencia; falsa recreación de los medios gráficos infantiles o más primitivos; personajillos de anatomía imposible y estilemas surrealizante que, entre tiernos y ridículos, nos recuerdan cómo este tipo de propuestas, a pesar del abuso a que las hemos visto sometidas en los últimos tiempos, poseen todavía un indudable potencial poético cuando están bien llevadas. Algo que podríamos ampliar, por cierto, al conjunto de tan estimulante exposición para un arranque de temporada que ojalá ayude a configurar con su energía positiva.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación