«Luc Besson es como Superman»

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Adele Blanc-Sec, intrépida reportera, personaje procedente de un cómic (Jacques Tardi es su autor) navega hasta Egipto en aquella época en que los viajeros no habían adquirido y luego perdido sus derechos, una vez reconvertidos en turistas. Estamos en 1912 y la joven protagonista investiga entre las momias con entusiasmo hawassiano. Entretanto, en París se baila cancán y un pterodáctilo nacido fuera de cuentas de un huevo hipermilenario siembra el pánico entre los desinformados ciudadanos. Las aventuras están servidas por ese chef de olfato sin par para la taquilla y las mujeres, Luc Besson.

El propio autor relata lo complicado que fue convertir a la heroína en un personaje cinematográfico: «Es una larga historia. La primera vez que me enamoré de ella fue hace unos diez años. Intenté ponerme en contacto con Tardi, pero lamentablemente había accedido a hacer Adele con otro director. Me sentí un poco triste, pero satisfecho de que había elegido a un “gran” director y le deseé la mejor de las suertes. Esperé con impaciencia a ver la película, pero nunca fue estrenada. Después de tres o cuatro años, volví a llamar a Tardi y me dijo que se había desilusionado de ese director en particular y de los cineastas en general. Rechazaba la idea de que se hiciera una adaptación. Tuve que convencerlo para que reconsiderara el proyecto. Nos reunimos varias veces. Necesitábamos tranquilizarlo, demostrar nuestras credenciales y esperar otro año para volver a comprar los derechos que su agente le había vendido a otra persona. Tras seis años de espera y de negociación, Tardi finalmente acordó venderme los derechos».

Portman y Jovovich

Una vez en marcha, Besson no podía conformarse con elegir a una actriz conocida, él, descubridor de Natalie Portman y Milla Jovovich. «Yo había estado siguiendo la carrera de Louise durante algún tiempo, desde la peculiar chica del tiempo en Canal + a actriz importante en “The Girl from Monaco”. Su capacidad para interpretar una gran variedad de personajes totalmente diferentes fue uno de los aspectos que me resultó atractivo porque es un talento muy raro, y es especialmente relevante para el papel de Adele, que utiliza unos quince disfraces diferentes en la película. Cuando conocí a Louise, fue obvio que había encontrado a mi Adele».

La actriz devuelve las flores, como es preceptivo: «Me sentí muy orgullosa de que me diera un papel tan polifacético y de que tuviera fe en mí, a pesar de mi experiencia relativamente corta en el cine. Como Luc es tan perfeccionista y trabajador, pude prepararme con muchos meses de antelación, algo que fue maravilloso». Trabajar con el cineasta «es como trabajar con Superman», describe Louise Bourgoin. «Él duerme tres horas por noche, se ocupa del montaje, de la filmación y siempre tiene tiempo para su familia, los actores y el equipo, se mantiene concentrado y objetivo, y tiene muy claro, y obtiene exactamente lo que busca».

Otro de sus grandes retos fue trabajar con Mathieu Amalric, quien interpreta al profesor Dieuleveult: «Fue como un sueño hecho realidad, pero la máscara de látex y las gafas oscuras que lleva en la película me hicieron sentir una sensación curiosa: te das cuenta de lo difícil que es actuar sin ser capaz de ver los ojos de su compañero de escena».