Adiós a los barracones

El instituto de Griñón ha necesitado aulas prefabricadas (los llamados barracones) durante más de diez años. No ha sido la única localidad. Desde 2003, más de 200 pueblos las han necesitado. Pero desde ayer, tras ser retiradas de Griñón, ya sólo permanecen en Batres.

Lo que comenzó siendo una solución provisional en la educación pública madrileña, para centros con clases abarrotadas, terminó convirtiéndose en permanente. Los barracones han suplido la falta de aulas durante más de diez años en muchos pueblos. Una situación que llegará a su fin este curso. Al menos, así lo prometió Esperanza Aguirre, que ayer acudió al desmontaje de los barracones de Griñón. Tras su retirada, Batres será la única localidad que cuente con ellos, por la falta de suelo público donde construir nuevas clases. No obstante, la presidenta regional anunció que el municipio ya está en negociaciones para adquirir el suelo privado necesario para las nuevas aulas que sustituirán los últimos barracones madrileños a lo largo de este curso.

Los alumnos, aliviados

Si se cumple el objetivo, se conseguirán erradicar los más de 200 barracones que en 2003 se utilizaban como instalaciones educativas en Madrid. Una medida que agradecen, sobre todo, los alumnos. Andrea es una de las estudiantes del instituto de Griñón y confiesa que no ha tenido el «inconveniente» de estudiar en los barracones. Esta joven, que en los próximos días comenzará 3º de ESO, cuenta que en las aulas prefabricadas «hace muchísimo calor en verano y muchísimo frío en invierno, además de que cualquier ruido se oye». Ahora, tras la ampliación del centro, que contará con seis aulas nuevas, se siente aliviada, porque no le va a «tocar estudiar en los barracones».

Para Daniel, también alumno, otra de las ventajas de estas obras es que el patio dejará de estar ocupado por estas estructuras. Él ha pasado por estas clases, en las que no «se soportaba el calor que hacía dentro», a pesar de que están dotadas de calefacción y aire acondicionado.

El presupuesto para la construcción de las nuevas aulas, que estarán listas para el próximo 15 de septiembre, ha sido de 800.000 euros. Para su erradicación en toda la Comunidad, el Gobierno regional ha invertido desde 2003 hasta 1.219 millones.

Durante este curso, que comenzará dentro de dos semanas, Madrid contará con 74 nuevos centros de enseñanza —56 escuelas infantiles; 11 colegios; 4 institutos, y 3 centros de Educación Especial—, en los que se crearán cerca de 12.000 plazas escolares. De ellos, en septiembre abrirán sus puertas 48 infraestructuras educativas —34 escuelas infantiles; 8 colegios; 4 institutos, y 2 centros de Educación Especial—, mientras que el resto comenzará su actividad a lo largo del período escolar.

Además de estos nuevos espacios, la Consejería de Educación ha realizado obras de ampliación en otros 40 centros, que han permitido la creación de otras 5.000 nuevas plazas para el curso 2010-11. Obras en las que se ha invertido un total de 144 millones de euros.

Otra de las novedades para este curso será la entrada en vigor de la recién aprobada normativa que reconoce a los profesores como autoridad dentro del aula. Un reglamento por el que «se dotará de presunción de veracidad al profesor» frente a alumnos o padres, según recordó Aguirre.