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CiU tampoco quiere que se examine de catalán a los catedráticos

El PSC desautoriza a Huguet y apuesta por una universidad trilingüe y de calidad

MARÍA JESÚS CAÑIZARES

«Queremos obispos catalanes, queremos notarios catalanes, queremos jueces catalanes, queremos catedráticos catalanes, queremos ser unos desgraciados, pero catalanes». Esta fue la provocativa reacción del eurodiputado del PP, Aleix Vidal-Quadras, a la pretensión del Gobierno de José Montilla de exigir el nivel C de catalán a los profesores universitarios que ejerzan en esta comunidad. Vidal-Quadras calificó en su blog de «aldeano y paleto» el enfoque lingüístico del consejero de Innovación y Universidades de la Generalitat, Josep Huguet (ERC), quien el pasado lunes, lanzó el anuncio, con el consiguiente rechazo de profesores, asociaciones en defensa del bilingüismo y partidos políticos.

Porque incluso el PSC se ha visto obligado a desautorizar a Huguet, cuyas palabras ya fueron matizadas el martes por el Gobierno catalán al asegurar que ese nivel C sólo sería obligatorio para los profesores que desean optar a una plaza fija y que, en todo caso, serían las universidades las que determinaran las condiciones acreditativas del conocimiento de la lengua catalana.

Ello no significa que el Ejecutivo catalán vaya a paralizar la aprobación del decreto, aún en fase de tramitación. Según la portavoz adjunta del PSC, Rocío Martínez-Sempere, «es bueno exigir un conocimiento suficiente del catalán de forma flexible», pero recordó que lo importante es «retener el talento y la apuesta por el inglés» en las universidades.

«No se necesita un examen»

También los nacionalistas cuestionaron la forma en que el tripartito ha abordado el asunto. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Duran Lleida, considera innecesario examinar de catalán a los profesores porque «dificulta las realidades existentes» en las universidades. A su juicio, el catedrático que ya está trabajando en la universidad «tiene acreditados elementos suficientes para que se sepa que domina el catalán y no tenga que pasar un examen. Yo creo que el que da clases debe conocer bien el

catalán, pero que se le someta a una prueba quizá sí es algo completamente innecesario». Para el portavoz parlamentario de CiU, Oriol Pujol, no es «nada afortunado el debate tal y como lo ha planteado el Govern», ya que está «obviando la discusión más importante, sobre la calidad universitaria».

Detrás de esta vuelta de tuerca monolingüe está el empeño de ERC de marcar perfil propio de cara a las elecciones autonómicas, donde tendrá dos competidores independentistas, el partido de Joan Laporta y el de Joan Carretero. Así lo ve Vidal-Quadras, quien advierte en su blog que «en los últimos coletazos del tripartito antes de la sonada derrota que le espera en noviembre, el gobierno montillesco se dispone a poner un nuevo clavo en el ataúd de Cataluña como sociedad abierta», fruto, en su opinión, del «fanatismo totalitario» de Huguet.

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