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Marruecos compara el problema del Sahara occidental con el País Vasco

El régimen alauí justifica las agresiones: «era una provocación» y se despertó «la cólera legítima»

L. AYLLÓN

E E / D. HERRERA

El Gobierno pidió ayer explicaciones a Marruecos por los incidentes ocurridos el pasado fin de semana, cuando un grupo de españoles que se manifestaba en El Aaiún a favor de la independencia del Sahara, fueron detenidos o golpeados, según explicaron ayer en Shanghái fuentes de la delegación española que visitaba al Expo junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La respuesta de los marroquíes consistió en la formalidad de replicar que darán las explicaciones que hagan falta, pero calificaron de «provocación» lo que habían hecho los manifestantes y justificaron como «cólera legítima» las agresiones que sufrieron.

El portavoz del Gobierno marroquí, Jalid Naciri, transmitió una pregunta a las ONG españolas prosaharauis: «¿Cuál sería su opinión si organizaciones marroquíes entrasen en España para reivindicar la independencia del País Vasco?».

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, habló en la tarde del domingo con su colega marroquí, Taieb Fassi Fihri, tras conocer los hechos y dio instrucciones al «número dos» del Ministerio, Juan Pablo de Laiglesia, para que pidiera explicaciones más detalladas a su homólogo del país vecino, Youssef Amrani.

Zapatero no quiso pronunciarse sobre los hechos cuando se le preguntó en una rueda de prensa en Shanghái. Y aunque la iniciativa de Exteriores denota ya un cierto malestar por los incidentes, el jefe del Ejecutivo insistió en que, «pese a que algunos se empeñen» en lo contrario —en referencia al PP— «es un principio esencial de nuestra política exterior mantener una buena relación con Marruecos, con quien compartimos —dijo— muchas cosas en materia de estabilidad, seguridad o economía». Y aseguró que no caminará por otros derroteros que no sean los de tratar las distintas situaciones con una «diplomacia firme, inteligente y sensata», afirmación que, en opinión del Ejecutivo, concuerda con la actitud mantenida en el reciente conflicto de Melilla.

En España, la llegada de los 14 activistas españoles a Canarias dejó nuevos interrogantes después del caótico episodio vivido el pasado sábado en la manifestación pro-saharaui vivida en El Aaiún. Nada más arribar al muelle de la Luz y de Las Palmas, los afectados no sólo criticaron la actuación de la policía marroquí, sino también la labor del Gobierno español y de las Naciones Unidas en estos incidentes, ya que aseguraron que el personal de la misión de la ONU para la pacificación de la zona «denegó» las denuncias que pretendían cursar tras las presunta agresiones de las autoridades alauís «por estar en día festivo».

La desazón era más que evidente. Pese a recibir el calor de unas 50 personas en el enclave portuario de la capital grancanaria, los miembros de la asociación «Sahara Acciones» no salían de su asombro ante las informaciones contradictorias que desde las instancias de Exteriores se han emitido a los medios. «Lo del arresto domiciliario no es una gracieta que se nos ocurra a nosotros, fue lo que nos dijo el traductor de la policía marroquí tras los interrogatorios, que duraron más de ocho horas», señaló Anselmo Fariña. «Lamentamos que nuestro Gobierno actúe así pese a las responsabilidades que tiene en la zona», apostilló, antes de iniciar el traslado a Tenerife, donde formularían las correspondientes denuncias contra las autoridades marroquíes.

«El Sahara es como una cárcel gigante», recalcó Sara Mesa. «Hemos sufrido más de ocho horas de interrogatorios. Nos han golpeado, insultado y escupido sin avisar», enumeró mientras hacía cuenta de los más de 100 policías de paisano que aseguran haber estado controlando toda la secuencia: «Incluso nos han acompañado en el viaje de retorno». «Nosotros queríamos denunciar esa represión que sufre el pueblo saharaui y hemos acabado viviéndolo en nuestras carnes», agregó Fariña.

El Grupo parlamentario Popular ha exigido la comparecencia urgente de los ministros de Asuntos Exteriores y del Interior en el Congreso para que expliquen el nuevo incidente y ha anunciado que planteará en el Pleno del día 8 lo ocurrido en Melilla antes y en El Aiún ahora para pedir después «responsabilidades» a Moratinos y a Rubalcaba. Soraya Sáenz de Santamaría calificó de «tomadura de pelo» a los españoles los anuncios de Rubalcaba sobre el cierre de la crisis con Marruecos.

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