Homenaje mundial a Madre Teresa en el centenario de su nacimiento
Benedicto XVI envió su bendición a las Misioneras de la Caridad en una carta
El homenaje mundial a la Madre Teresa en el día del centenario de su nacimiento comenzó ayer precisamente en Calcuta con la lectura de una carta del Papa a la sucesora de la «Santa de los Pobres» al frente de las Misioneras de la Caridad. Durante la misa presidida por el cardenal indio Telesphore Placidus Toppo en la casa madre de Calcuta se leyó el mensaje en que Benedicto XVI envía su bendición «a las Misioneras de la Caridad y a todas las personas que servís», que son «los más pobres de los pobres» en tantas ciudades del mundo.
En su mensaje a la hermana Mary Prema, alemana, superiora general de las Misioneras de la Caridad, el Papa afirma que este año será «para la Iglesia y para el mundo una ocasión de gratitud alegre por el regalo inestimable que fue ya en vida y que sigue siendo a través del trabajo incansable y afectuoso de vosotras, sus hijas espirituales».
El Santo Padre invita a la sucesora de Madre Teresa y de la hermana Nirmala a «acercarse a la persona de Jesús, cuya sed de almas se sacia en vuestro servicio a Él en los más pobres de entre los pobres». El Papa invita a las Misioneras de la Caridad, que trabajan incansablemente en 137 países, a continuar entregándose «generosamente a Jesús, a quien veis y servís en los pobres, los enfermos, los solitarios y los abandonados». Al término de la ceremonia, las dos sucesoras de Madre Teresa, la hermana Nirmala y la hermana Mary, liberaron palomas como símbolo de paz.
El cardenal Angelo Comastri, vicario del Papa para la Ciudad del Vaticano, celebró ayer en Roma una misa en su memoria. Los homenajes se multiplicaron por todo el mundo, desde Calcuta a Jerusalén, pasando por Skopje, la ciudad donde nació. Después de Roma, París y Madrid, los homenajes continuaron en Nueva York, donde fue recordada en Times Square y en el Bronx, donde trabajan las misioneras de la Caridad. Las primeras casas de acogida para enfermos seropositivos en los EE.UU. fueron obra de la Madre Teresa.
Iluminación en el primer convento de la Liga Católica inaugurado por la religiosa, cintas azules y blancas en las puertas de las iglesias y recuerdo en Times Square.
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