A la caza de anfibios extintos

Un grupo de científicos cree que puede dar con ejemplares de sapos y ranas útiles en medicina de los que no se tiene noticia desde hace décadas.
Científicos de todo el mundo moverán cielo y tierra -en 14 países de los cinco continentes- para dar con algún ejemplar de sapo dorado o rana pintada y escarlata, extintos todos, relata la BBC.
Robin Moore, investigador líder del proyecto, se muestra optimista ante el reto: «Encontraremos a alguno de los 100 anfibios que tratamos de localizar». Hace un par de años, Moore y un equipo de científicos ecuatorianos se toparon con una rana que hacía doce años no se observaba en el país. Historias similares pueden darse en otros lugares, sentencia Moore.
Los anfibios son los animales más amenazados del planeta: un tercio está en riesgo de desaparición. La pérdida de sus hábitats -bosques y humedales- y el aumento de la temperatura influyen. Pero la mayoría de ellos han sido eliminados por un hongo -chytridiomycosis-, como el sapo dorado de Costa Rica, del que no se han documentado ejemplares desde hace 20 años. En Australia hay otra rana que interesa a los expertos: cría a sus renacuajos en su estómago, en lugar de dejarlos en una charca, gracias a sus ácidos gástricos. «Su ubicación sería muy útil para conseguir futuros tratamientos para úlceras en humanos», explica Moore. Pero se supone que ésta está desaparecida desde 1985. Otras especies que se encuentran en la lista de objetivos de los científicos son: las ranas pintadas de Israel y África -las cuales no se han fotografiado desde 1950, tras el drenaje de una marisma, en un intento por erradicar un brote de malaria en la zona- y el sapo picudo de Mesopotamia -del que no se tiene constancia desde 1914-.