El número de manadas ha descendido un 13% en Castilla y León. Los ecologistas exigen a la Junta que aumente las patrullas y las multas.

Castilla y León ha registrado el triple de lobos muertos por venenos y furtivos con respecto a 2009. Durante el mismo periodo, el número de manadas ha descendido un 13%, según datos de la Junta.

Dada la proporción de ejemplares envenenados, las ONG consideran que la dimensión del problema es preocupante, ya que esta práctica ilegal afecta también a otras especies protegidas, como el oso o el águila imperial ibérica.

Ecologistas en Acción, Fapas, SECEM y WWF reclaman la aprobación inmediata del Plan Regional de lucha contra el veneno, en fase de información pública desde el pasado mes de mayo. Solicitan, por ejemplo, la creación de patrullas especializadas o la aplicación de multas que contribuyan a erradicar el furtivismo. Así como la intensificación de medidas de protección a la ganadería.

Las ONG exigen que el cupo de lobos destinados a la caza deportiva (y que se ha mantenido igual que en años anteriores) responda a la dinámica real de la población, lo cual supone tener en cuenta el repunte de la mortalidad no natural.