«El asesino no debe volver a ver la luz»

Como en casa de los Pagaza, la localidad guipuzcoana de Andoaín tuvo ayer un abrupto despertar. A las cuatro de la madrugada, el teléfono móvil de su alcalde, Estanis Amutxastegi, interrumpía el sueño. Una voz al otro lado del hilo ofrecía las primeras respuestas a siete años y medio de silencios inexplicables. Era Rodolfo Ares, consejero de Interior del Gobierno vasco. «Quería comunicarme personalmente que acababan de “cazar” al presunto asesino de Joseba, de nuestro querido Joseba. Por fin. Es un día feliz para todos», relataba a ABC, escasas horas después de las detenciones practicadas en Hernani, el regidor del PSE y amigo íntimo de Joseba Pagazaurtundua, jefe de la Policía Local de Andoaín asesinado por un pistolero de ETA en la mañana del 8 de febrero de 2003 cuando tomaba café en el bar de siempre.

La familia y demás seres queridos de Joseba —«un hombre bueno y ejemplar vecino», como le define su viejo compañero de militancia, hoy primer edil del pueblo— han demostrado siempre una paciencia infinita. Solo ayer su dolor, agravado por la falta de respuestas a lo injustificable, comenzó a aliviarse. Una rayo de esperanza iluminó sus casas. «Hemos detenido a quien con toda probabilidad es el asesino de Joseba», le repetía el responsable de seguridad del Gobierno de Patxi López a la madre de la víctima, Pilar, y a su hermana Maite. Con la emoción de quien ansía Justicia, la familia expresaba agradecimiento infinito a las fuerzas policiales y emplazaba para hoy a los medios de comunicación.

«Hemos vivido con la inquietud de no saber quién se llevó a Joseba… Siento alegría… Ahora espero que si de verdad ha sido él, la Justicia haga todo lo posible para que este individuo no vuelva a ver más la luz del día, y que encuentren a los que colaboraron en su asesinato», reclamaba esperanzado el regidor guipuzcoano, portavoz ayer del «alivio» generalizado entre los vecinos y amigos de la víctima.

«Ya te pillaremos»

Estanis Amutxastegi estaba con Joseba Pagazaurtundua el día en que una horda de radicales violentos asaltó la Casa del Pueblo de Andoaín y, como tantas otras veces, le amenazaron de muerte. «Ya te pillaremos», dijeron entonces. Cinco meses después, un pistolero de ETA le descerrajó tres tiros cobardes mientras desayunaba solo en el bar. «Estoy más tranquilo, pero yo no perdono», afirma el edil socialista, que lleva a sus espaldas tres décadas de servicio público en un pueblo en el que la valentía de algunos no tiene precio.

Durante todos estos años, ha visto morir a dos amigos: José Luis López de Lacalle y Joseba. Y ha sufrido en sus propias carnes el acoso del terror. Incendiaron su vivienda mientras una de sus hijas estudiaba dentro, quemaron su coche y el de su otra hija, pintarrajearon sus nombres entre dianas amenazantes que día tras día decoraron impunes las paredes del pueblo...

Fueron los «años negros» de Andoaín, rememora Amutxastegi, quien en mayo de 2009 tomó el relevo a un compañero al frente de la Alcaldía. Los años de dominio batasuno concluyeron en 2003 debido a la Ley de Partidos. En las primeras municipales sin Batasuna ganó el PSE por mayoría. «Desde que ya no están la convivencia es algo más fácil», asegura el regidor socialista. Pese a todo, ayer en el pueblo no se percibieron demasiadas muestras públicas de alegría por las detenciones practicadas en el vecino pueblo de Hernani. Ni si quiera aun tratándose del asesino de Joseba. «La mayoría de la gente lo celebra, pero en sus casas —explica el alcalde—. Joseba tenía el cariño de todos porque era una persona, un político y un policía bueno y leal con sus vecinos». Durante toda la conversación, el edil socialista deja muy claro a quién debieran felicitar los ciudadanos. «Gracias a la Ertzaintza. A todas las Fuerzas de Seguridad, pero en especial a la Ertzaintza. Toda España puede ahora ver y sentir que algo ha cambiado en el País Vasco», afirma, y concreta su reconocimiento al «buen hacer» del nuevo Ejecutivo vasco y del departamento dirigido por Ares.

Amutxastegi concluye la conversación con un mensaje de esperanza. «Los estamos arrinconando», enfatiza. «Estamos venciendo en lo “militar”, como ellos dicen, y estoy convencido de que este pueblo terminará por derrotar a ETA también socialmente», confía el alcalde de Andoaín, quien seguro ha amanecido hoy soñando que la Justicia sonreirá por fin a su querido amigo Joseba.