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conexión leonesa

Expectativas defraudadas

Teresa Sánchez-Vaquera

LA paralización de las obras de la autovía entre León y Valladolid ha causado sorpresa y alarma en León. Hace unos pocos días, los leoneses festejaban que ninguna de las grandes obras de infraestructura hubiese sido anulada por el Ministerio de Fomento dentro de sus planes de recortes. Palencia y Burgos eran las provincias más afectadas. En León se creía que el presidente Zapatero había hecho un guiño a su tierra. Pero poco ha durado la alegría. La empresa concesionaria de las obras de esta autovía ha comenzado a despedir a sus trabajadores, mientras desde el Gobierno central se mantiene que esas obras no están afectadas por los recortes y que la paralización es una decisión de la empresa concesionaria. Increíble. Es la política de las medias tintas, de no asumir responsabilidades, de no dar la cara y de tratar a los ciudadanos como a menores de edad.

El delegado del Gobierno, Miguel Alejo, aseguraba que en septiembre se detallarán las obras que van a sufrir retrasos en su construcción en la provincia leonesa y en el resto de la Comunidad. Sin duda, en esa lista estará la autovía León-Valladolid, al igual que la reforma del teatro Emperador en la ciudad de León o el centro Lyda en Astorga. Los ciudadanos ya tienen asumidos estos recortes por lo que no se comprende la estrategia de dar largas y de prolongar agonías que practica el Gobierno central.

La autovía León-Valladolid es un proyecto maldito desde hace décadas. Todos los gobiernos que se han sucedido desde la restauración de la Democracia habían incluido esta obra en sus planes, pero ninguno la había concretado. Llegó Zapatero y sus primeros años como conseguidor para su provincia. Y se aprobó esta autovía, aunque el inicio de las obras se fue retrasando inexplicablemente al tratarse prácticamente de una línea recta. Y una vez que comenzaron las obras y que éstas adquirían agilidad se produce el parón. Es una especie de maldición, como si no se quisiera vertebrar, de una vez por todas, la comunicación entre ambas capitales, articular el territorio y acercar a dos provincias que por tantos motivos han estado alejadas desde siglos. Vistos estos antecedentes, mejor no tirar cohetes por el anuncio del otro día de la ministra de Vivienda para construir el gran centro logístico de Torneros, en las inmediaciones de León. ¿Si no hay dinero para terminar la autovía León a Valladolid de dónde va a sacar el Gobierno el presupuesto para esta gran obra? León ya es provincia campeona en defraudar expectativas. Al menos, no generemos más.

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