O medio lleno influidos por sus condiciones de vida: más o menos espacio para moverse, paja para echarse o juguetes para jugar
Los cerdos son capaces de experimentar emociones complejas, como el optimismo y el pesimismo, influenciados por sus condiciones de vida, según un grupo de expertos de la Universidad de Agricultura, Alimento y Desarrollo Rural de Newcastle (Reino Unido).
El experimento enseña a los cerdos a asociar una nota musical producida por un carrillón con un regalo, una manzana, y un chasquido con algo desagradable, en este caso, el crujido de una bolsa de plástico.
El siguiente paso de los científicos consistió en separar a los cerdos. Un grupo fue a parar a un espacio muy amplio, con libertad para deambular por la paja y la posibilidad de jugar con juguetes. El otro, en cambio, ocupó una instalación más modesta y aburrida.
En ambas situaciones, el equipo reprodujo un chasquido para ver cómo respondían los animales. «Descubrimos que, casi sin excepción, los cerdos ubicados en el mejor entorno se mostraban esperanzados sobre lo que podría significar el nuevo sonido, y se acercaban esperando recibir un presente», explica Catherine Douglas.
Los cerdos peor realojados, por su parte, no se aproximaban; temían que éste pudiera acarrear algo más desagradable que el crujido de una bolsa de plástico. «Es una respuesta que vemos continuamente en los humanos, cómo lo que sentimos afecta a nuestro juicio sobre acontecimientos desconocidos», apunta Douglas.
El estudio ha sido presentado en la conferencia anual de la Federación de Universidades para el Bienestar Animal (UFAW, por sus siglas en inglés) y es la primera vez que una investigación demuestra cómo los cerdos también ven el vaso medio lleno o medio vacío según su «estilo» de vida.
«Esta técnica podría emplearse para responder cuestiones importantes sobre el bienestar de los animales que viven en granjas», concluye Douglas.


