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entrevista

Rajoy: «Lo peor es seguir como hasta ahora, España necesita un revulsivo»

Defiende el diálogo emprendido por el PP con los nacionalistas vascos y catalanes porque «hablar no es malo» cuando se llega a acuerdos «buenos para el interés general»

Rajoy: «Lo peor es seguir como hasta ahora, España necesita un revulsivo» IGNACIO GIL

ángel expósito

Mariano Rajoy recibe a ABC en su despacho, moderno, sobrio y con un punto minimalista, de la sede nacional del PP. Atrás quedan ya el ruido del Debate sobre el estado de la Nación y la división de todos los grupos parlamentarios, cada uno con una resolución diferente sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña y la Constitución, tras la sentencia del Tribunal Constitucional. Todas cayeron derrotadas. Lo que Rajoy mantiene en pie es su propuesta para convocar elecciones anticipadas, porque España, subraya, necesita un revulsivo urgente.

—Tras la reunión de Zapatero y Montilla en La Moncloa, ¿cómo interpreta el intento de burlar la sentencia del Tribunal Constitucional?

—Eso es un acto partidista que juega con cosas muy serias. A partir de ahí veremos en qué se concreta todo esto, pero yo creo que el presidente del Gobierno de España debería decir que él está con la Constitución Española, como la inmensa mayoría de los españoles, que las sentencias de los tribunales se acatan, como en cualquier democracia de cualquier país normal, y debería hacer pedagogía a favor de las instituciones y a favor del Tribunal Constitucional. Lo que ha hecho el presidente del Gobierno una vez más es una mezcla de engaño, de frivolidad y de jugar con cosas que afectan al interés de todos.

—Cuando dice «cosas muy serias», ¿a qué se refiere?

—Pues que afecta a algo tan importante como las reglas del juego y las normas de convivencia que nos hemos dado todos los españoles y que están plasmadas en la Constitución.

—¿Estamos en un callejón sin salida?

—En situaciones de dificultad lo único y lo mejor que se puede hacer es apelar a las reglas de juego y al sentido común . Todos los dirigentes políticos y singularmente el presidente del Gobierno debieran apoyar la plena vigencia de la Constitución, como quieren todos los españoles. No hay democracia donde un Gobierno pone en tela de juicio las sentencias de los tribunales. Eso es la selva.

—Desde que se conoció la sentencia del Tribunal Constitucional, el PP ha guardado un medido silencio. ¿Qué le ha parecido la sentencia?

—Tengo una norma que he mantenido toda mi vida: discutir las sentencias de los tribunales no tiene ningún sentido. Manifesté mi posición cuando presenté el recurso. En cualquier caso, creo que es bueno que se haya dicho que ese preámbulo carece de cualquier eficacia.

—¿Comparte la idea de que tenemos un problema en Cataluña y en toda España después de esta sentencia?

—Evidentemente, tenemos un problema. Esto ha llevado a una gran desunión. En el Congreso cada uno ha presentado su propia propuesta de resolución después del Debate sobre el estado de la Nación y no se ha aprobado ninguna. Ahora hay que mirar al futuro y plantear un proyecto común basado en la Constitución, donde yo creo que hoy seguimos cabiendo todos los que cabíamos en 1978.

—Hay quien dice que detrás de la reacción del PP tras la sentencia hay una necesidad de llevarse bien con CiU en el futuro.

—En absoluto. A lo largo de este proceso siempre he hecho lo que creía que tenía que hacer. Primero dije que el Estatuto no era bueno, en segundo lugar denuncié que el señor Rodríguez Zapatero rompiera un consenso constitucional como este, algo que nunca había sucedido y que respondía a la estrategia de aislar al Partido Popular, en tercer lugar defendí mi posición en las Cortes y después recurrí al Constitucional. Ahora toca acatar la sentencia.

—Las relaciones de PP y CiU son esta legislatura visiblemente mejores. ¿Está el terreno abonado para futuros pactos?

—Nosotros hemos coincidido con CiU y con otros grupos en el Congreso en muchas cosas pero hay otras en las que no vamos a coincidir nunca, como por ejemplo en un Estatuto que desborde lo que el Tribunal Constitucional acaba de sentenciar. En fin, el futuro proveerá.

—Hablando de nacionalistas. ¿Considera que la deriva de las relaciones entre el Gobierno y el PNV puede poner en peligro el pacto del PP y PSE en el País Vasco?

—Eso sería un disparate y estoy absolutamente convencido de que el Partido Socialista del País Vasco no lo aceptaría de ninguna de las maneras. Nosotros en el País Vasco hemos hecho lo que creíamos que era mejor para el País Vasco y para el conjunto de España y nuestro compromiso es firme y para cuatro años.

—¿Cree que Zapatero lo va a respetar? ¿Se fía de él, cuando están en juego los Presupuestos y el mantenerse en el poder?

—Me fío más de los socialistas vascos que de Zapatero. Con ellos hemos firmado el acuerdo.

—Mayor Oreja levantó mucha polémica cuando denunció una supuesta negociación entre el Gobierno y ETA. Han pasado meses desde entonces y hay quien ve que se le está dando la razón. ¿Está virando la política antiterrorista del Gobierno?[/13NEGR-JUST]

—Las declaraciones del señor Mayor Oreja en temas de lucha contra el terrorismo hay que escucharlas siempre. Es una persona profundamente conocedora de esta situación. Pero mientras yo no vea un cambio en la política del Gobierno seguiré apoyando al Gobierno. Es verdad que ha habido una cierta polémica en los últimos días en torno a los permisos penitenciarios, con justificado malestar por parte de las víctimas. Le hemos trasladado al Gobierno que no nos gusta lo que pasa y menos aún enterarnos a través de los medios de comunicación. El Gobierno conoce perfectamente nuestro malestar.

—Ante esa queja, ¿qué le ha respondido el Gobierno?

—Estamos hablando de las condiciones en que se ha producido y por qué se ha hecho. Es verdad que hay una autorización judicial y es verdad que formalmente se cumple lo que dice la legislación, pero según esa misma legislación se podía no haber tomado la decisión que se ha tomado.

—Hace unos días se reunió con Urkullu en el Congreso, lo que se interpretó como una aproximación. Sin embargo, en la última semana hemos visto al PNV instalado en el «Plan Ibarretxe». ¿Imposibilita eso cualquier tipo de pacto en el futuro?

—Nosotros no hemos pactado con nadie pero eso no quiere decir que nosotros no podamos hablar con todos. Sería absurdo que el PP no pudiera hablar y llegar a acuerdos que son buenos para el interés general.

—Visto desde fuera parece que tanto CiU como el PNV empiezan a ver a Mariano Rajoy como futuro presidente y huelen que el poder puede estar por ahí. ¿Lo nota usted?

—Yo lo que creo es que existe el convencimiento general de que el ciclo político de Zapatero está agotado y todos los grupos se están moviendo en virtud de esa circunstancia.

—Si hay acercamientos, ¿por qué no podrían fructificar en una moción de censura?

—Es que llevamos toda la legislatura hablando.

—¿No presenta la moción de censura, como dijo el presidente del Gobierno, porque no tiene el coraje o el valor político?

—Eso es ridículo. Un dirigente político en una situación complicada como la que en estos momentos vive España lo que tiene que hacer es dar salidas y una moción de censura sin apoyos es justo lo contrario de lo que se necesita. Yo en el último Debate de la Nación planteé lo que en mi opinión es la mejor salida, que es la convocatoria de elecciones generales. Porque el Gobierno no está en condiciones de dar un mínimo de confianza, seguridad y certidumbre.

—Si usted gobernara, su plan económico deberá tener unos ejes fundamentales. ¿Qué haría?

—Mire usted, el paro no se arregla con un decreto, se arregla con una política económica. Tiene que haber un Gobierno que dé confianza, con un programa, con mayoría en la Cámara y que diga lo que va a hacer a cuatro años. Son necesarias una serie de reformas: ahora se ha iniciado una reforma del sistema financiero, pero hay que dar mucha claridad en sectores como el energético, en materia laboral hay que ir más lejos de lo que ha ido el Gobierno, y es necesaria una reforma de la unidad de mercado.

—¿Una reforma de la unidad de mercado?

—Es preciso que haya una mayor cooperación entre la Administración del Estado y las Comunidades Autónomas y que los agentes sociales y económicos estén sometidos a los mismos requisitos en todas partes y no que haya 17 normas distintas en diferentes sectores.

—¿Por qué ha sido imposible un pacto contra la crisis, la más grave en 80 años?

—Por algo que se entiende muy bien: porque el señor Rodríguez Zapatero no ha querido. Y además lo reconoció públicamente cuando afirmó que no podía haber un pacto de Estado en materia económica por razones ideológicas. A partir de ahí, es muy difícil llegar a ningún tipo de pacto cuando uno está radicalmente en contra de lo que hace el Gobierno.

—Ya hemos visto cuál ha sido el tijeretazo social de Zapatero. ¿Por dónde habría recortado el PP para reducir el déficit público?

—El Partido Popular cree que hay recortar de todas las partidas del Presupuesto en este momento, salvo en el tema de pensiones. Pero la gran reforma que queda pendiente en España son las administraciones públicas y por la vía económica: techos de gasto, techos de endeudamiento y vuelta al equilibrio presupuestario.

—¿Tiene datos concretos sobre la nueva subida de impuestos que ha anunciado el presidente del Gobierno y que afectará «a los que tienen más capacidad económica»?

No tengo ningún dato. El problema de la situación que vivimos es la incertidumbre y la desconfianza. No se sabe qué programa va a mantener el Gobierno para los próximos meses, tampoco se sabe si tendrá apoyos y cuáles serían. Conociendo cómo actúa el señor Rodríguez Zapatero, es muy difícil saber qué pretende hacer en el futuro.

—A su juicio, ¿cuál es el nivel a partir del cual alguien es rico?

—Creo que es imposible de determinar, pero parto de la base de que no hay que subir los impuestos en estos momentos. Ya tenemos bastantes problemas con la falta de consumo, con la falta de demanda, para que encima se suban los impuestos. En los últimos tiempos se han subido primero los impuestos especiales, después los impuestos sobre el ahorro, luego el IRPF y ahora una subida en el IVA. Por tanto, estoy totalmente en contra de que se haga ninguna subida de impuestos es estos momentos. No es bueno para la economía española y no es justo ni bueno para ningún contribuyente.

—¿Es partidario de reformar la Constitución?

—No soy partidario de abrir melones de reformas constitucionales sin consenso y menos en este momento, cuando existen políticos dedicados a deslegitimar nuestra Carta Magna.

—¿Considera que esto no aguanta dos años, que no se puede soportar?

—Lo peor para España es seguir como hasta ahora. España necesita un revulsivo electoral.

—¿Le gustaría que Cascos fuera candidato en Asturias?

—Tengo una magnífica opinión de Cascos, pero dependerá de Cascos y de sus compañeros de partido.

—Si el PP llega al poder, ¿derogará la ley del aborto?

—Mire, lo que quiero es que el TC falle antes de celebrarse las elecciones. Pero estoy radicalmente en contra de esta ley y por eso he interpuesto el recurso ante al Constitucional. Por tanto, mi idea sería cambiarla.

—¿Camps volverá a ser el candidato en la Comunidad Valenciana?

—Camps tiene al apoyo total de la dirección nacional del partido.

—¿Cómo afectarán casos como el de Fabra?

—A Fabra, como a cualquier ciudadano, le asiste la presunción de inocencia y yo estoy convencido de que la justicia, como en tantos otros casos, pondrá las cosas en su sitio. Al margen de eso y de la defensa que Carlos Fabra desarrolle en los tribunales, quiero decir que es una persona de una gran experiencia política, que siempre ha contado con el apoyo de su partido y de los ciudadanos y seguro que no defraudará ni a uno ni a otros.

—¿Piensa que Cuba está entrando en una deriva positiva y que están cambiando las cosas?

—Que se liberen presos políticos siempre es positivo, siempre es una buena noticia, que nosotros celebramos y apoyamos las conversaciones que ha tenido la Iglesia Católica con la colaboración del gobierno de España. Pero no debemos confundirnos, el tema aquí es verificar si existe una democracia, si hay libertad y si se respetan los derechos humanos. Mientras eso no está garantizado no sería procedente cambiar la Posición Común.

—Esta semana todo el mundo ha podido ver cómo el Gobierno usaba la Copa del Mundo de fútbol para lanzársela a la cabeza del PP en el Congreso. ¿Qué le pareció este gesto?

—Patético. Lo dejo ahí.

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