Cataluña y Baleares son las zonas que podrían tener «algún problema», según un investigador del Instituto Español de Oceanografía
Este verano merodearán menos medusas por las playas españolas, aunque su población aumenta cada año en todo el mundo por la contaminación de las aguas, según un investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Ignacio Franco prevé que la costa mediterránea será la más problemática de España.
Saber dónde y cuándo arribarán los pólipos es «bastante aleatorio», ya que depende del viento y las corrientes.
Las zonas que podrían tener «algún problema», serían Cataluña, donde las medusas «ya están saliendo» y Baleares, donde, por otra parte, se han observado «muchas menos que en 2009».
Las medusas también llegan a las costas de Alicante o Murcia, pero «a finales de septiembre».
Franco ha manifestado que el Atlántico no está exento de medusas; ha recordado los periodos de 2005 y 2006, cuando la «Carabela portuguesa» se expandió por sus aguas.
Para conocer el comportamiento de las medusas son necesarias series históricas muy largas. En España, al ser un problema relativamente reciente, sólo existen datos continuados desde 2007. En el mar Adriático, por ejemplo, las observan desde hace 40 años y han comprobado que se suceden ciclos de «diez años con muchas medusas y espacios de cuatro o cinco años con pocas».
Los fertilizantes agrícolas abonan el mar
«Estamos abonando el mar con vertidos urbanos, que contienen nutrientes en disolución, y con los fertilizantes agrícolas que terminan en el mar por efecto de las lluvias y el lavado de los campos. Y las medusas se alimentan de este exceso de fitoplancton y pequeño zooplancton», explica el investigador oceanográfico.
Además, hay que sumar la sobrepesca de los competidores de las medusas por este alimento, tales como las sardinas, boquerones y pequeños pelágicos.
En cuanto a la incidencia del cambio climático en el fenómeno: «El aumento de la temperatura del mar no influye de manera directa», comenta Franco.
Las más peligrosas
Tanto en el norte como en el Mediterráneo, la especie que da más problemas en verano en España es la «pelagia noctiluca», que genera una herida en forma de ampolla o úlcera.
La «Carabela Portuguesa» se registra en las costas de Portugal y en 2006 llegó a Asturias, Cantabria y País Vasco. A lo largo de 2010 han entrado en España unos 60 o 70 ejemplares, pero «como son de agua fría» aguantan hasta abril o mayo y luego mueren. Su picadura produce un dolor intenso e incluso taquicardias, mareos, vómitos y descompensación de la tensión.
Matan más las abejas
Sobre la peligrosidad de las medusas, el investigador asegura que en España «ninguna es mortal», a diferencia de lo que ocurre en algunos sitios de Australia, donde se registran cnidarios capaces de provocar ataques al corazón. A nivel mundial, cuatro personas han fallecido por picadura de pólipos desde 1885 a 1995, según las estadísticas científicas. Y entre 10.000 y 20.000 bañistas han sido víctimas de su sustancia urticante.
«Con toda seguridad, hay más muertos por picadura de abeja que por carabela portuguesa, y sin embargo a las medusas se las ve como asesinas», subraya Franco.

