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«Noche y Día»: Con Tom en los talones

Las películas de espía en perpetua huida son un género en sí mismo. Tom Cruise y Cameron Díaz combinan el thriller con la comedia romántica en su reencuentro, nueve años después de «Vanilla Sky»

«Noche y Día»: Con Tom en los talones ABC

F. M. B.

Hay parecidos tan razonables que, con independencia del resultado, no vale la pena esconderlos. ¿Recuerdan a Eve Kendall y Roger Thornhill? Son los nombres de dos personajes de leyenda, interpretados por Eva Marie Saint y Cary Grant. En un diálogo de la película, ella pregunta: «¿Qué pasó con sus dos primeros matrimonios?». «Mis mujeres se divorciaron», responde el protagonista, involuntario agente secreto envuelto en mil situaciones de riesgo, incluida la mítica persecución de una avioneta fumigadora. «¿Por qué?», repregunta la chica. «Decían que mi vida era aburrida», sentencia el héroe. Ironías al margen, lo cierto es que Tom Cruise también se ha divorciado un par de veces y que ahora protagoniza «Noche y día», remedo más o menos voluntario de «Con la muerte en los talones», como bien señala nuestro crítico de cabecera.

Poniéndonos aún más odiosos, podríamos comparar las diferencias de estatura entre aquella pareja de los tardíos años cincuenta y el reencontrado dúo de «Vanilla Sky», esta vez sin Penélope (bastante ocupada) pero en España, para compensar. James Mangold, por su parte, ni siquiera intenta ejercer de Hitchcock, pero el autor de «En la cuerda floja», «Identidad» y «El tren de las 3:10», entre otros respetables títulos, tampoco es ningún percebe.

En la cinta, Tom Cruise es un espía en fuga, un género en sí mismo, que se cruza con la kilométrica rubia más o menos inocente —casi ninguna lo es— y la involucra en sus desvaríos de renegado agente secreto. Les acompañan en el reparto Peter Sarsgaard, Viola Davis, Paul Dano y el español Jordi Mollá. La película debería servir de advertencia contra los flirteos inocentes con el pasajero de al lado en un avión que, como el que nos ocupa, no siempre tiene un destino inamovible.

En una carrera sin control, los protagonistas saltan de Brooklyn a Austria y de ahí a Sevilla. Tan agitadas son sus peripecias que hasta los toros de los Sanfermines se despistan y acaban en la capital andaluza. Licencias de un guión de Patrick O'Neill que, al menos, no es la adaptación de una serie de televisión o un cómic, sino que entra en esa categoría que casi podríamos denominar original.

«“Noche y Día” tiene todo lo que me gusta de las películas», afirma Tom Cruise. «Es una mezcla perfecta de acción, comedia y personajes frescos e identificables con una historia de amor con mucha química. Lo que más me interesó sobre la historia de Roy y June es que todo lo que les pasa ocurre a través del prisma de la acción. Lo divertido y el desafío que supuso para mí y para Cameron fue encontrar formas de mostrar nuestros personajes en mitad de tantos momentos frenéticos de peligro; mostrar cómo en esas salvajemente intensas situaciones en las que se encuentran comienzan a sacar lo mejor de ellos mismos y que resulta en la máxima idea del romanticismo».

Actriz atlética y con talento

Cruise se extiende un poco más al hablar del romance: «Dentro de la alocada trama, ambos personajes tienen un sueño, el mismo sueño de lo que “algún día” podría ser realidad, y un sueño que comienzan a ver que puede realizarse. Creo que es un detalle con el que el público puede identificarse. Todas las parejas tienen su historia sobre cómo se conocieron, solo que Roy y June tienen un relato extraordinario para el inicio de su relación». El hecho de que su pareja fuera Cameron Díaz era un aliciente más: «Me emocionaba trabajar con ella porque fui yo quien la introdujo en las películas de acción. Es una gran actriz con talento, divertida y atlética, y como su personaje es ganador, sabía que aportaría una interpretación inmejorable».

La actriz, a su vez, habla entusiasmada de su personaje: «“Noche y Día” me atrajo no solo por su alto grado de acción, sino porque veía una apasionada historia de amor entre dos personas que se encuentran desde mundos totalmente opuestos». «Roy y June —añade— poseen esa cualidad de extraer algo interesante e inesperado del otro, y pensé que resultaría muy divertido explorar ese punto mientras disfrutaba de un viaje tan emocionante junto a Tom Cruise. Cuando se tropiezan en el aeropuerto, creo que tienen ese breve instante en el que reconoces aquello que has estado buscando en esa persona especial. Y de repente saltan a un mundo desconocido. Al principio, June piensa que solo se trata de los peligros habituales de sentir algo por un desconocido, pero pronto se convierte en un peligro de vida o muerte, y no sabe cuánto podrá soportar». Abróchense los cinturones.

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