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Las carpetas de Rajoy

Día 10/07/2010 - 12.08h
EN la mesa de Mariano Rajoy hay como mínimo cinco carpetas. Una roja con los informes detallados de todos los supuestos casos de corrupción que hay en la Comunidad Valenciana, con especial detalle de los casos «Fabra», «Gürtel» y «Ripoll». Informes elaborados por su equipo más cercano, sin recortes de periódicos ni intromisiones de los afectados. La cruda verdad. Ni Cospedal ha podido meter mano en las carpetas.
Luego tiene otra que Arriola le ha preparado sobre los efectos mediáticos de tanto caso. Esa se la sabe de memoria porque la sufre todos los días. Terrorífico. De internet y las redes ni habla porque no las conoce. Una tercera azul que contempla todos los escenarios posibles en ese año: ¿Qué hacer y cómo?¿Deben seguir? ¿Monta un congreso extraordinario, como González Pons va diciendo donde le escuchen? ¿Le mete mano a Ripoll pero se muestra cauto con Fabra? ¿Podrán ganar los nuevos? ¿Y le sumarán votos para 2012?
Esa carpeta azul es la de las dudas. Porque luego tiene otra verde que le da tantas alegrías como la Selección, pero le frena en sus decisiones. Pese a toda la que está cayendo, las encuestas en esta Comunidad siguen siendo muy favorables. Quince puntos por encima del PSOE, aunque Arriola le dice que el cuerpo electoral digiere con lentitud los mensajes negativos, amén de que en cualquier momento puede producirse una movilización cívica contra tanto mamoneo político. A principios del siglo XX, «La Renaixença» valenciana fue una llamada de la burguesía a la regeneración de un sistema completamente deteriorado. El PP puede ponerse al frente de esa regeneración o quedarse quieto y que otros se la monten. No será el PSOE, por supuesto, pero el renacimiento puede venir por cualquier lado.
Por eso sus más íntimos le han preparado una quinta carpeta: la del Pulpo Paul. Rajoy tiene clara resistencia a los cambios y como gallego deja los problemas en un cajón. Duda si la regeneración la hace él desde Madrid o la deja en manos de Camps, aunque sea parte del guisado. Hoy está a que apueste el pulpo y luego ya veremos. Por eso Cospedal dijo el jueves a Ángel Expósito: «Hoy Camps es nuestro mejor candidato». Jardiel Poncela decía que para ser feliz podías ser un insensato o simplemente parecerlo.
Rajoy sabe que si lo deja en manos de Camps, éste hará como Leónidas en las Termópilas: resistir. Al fin y al cabo, las imputaciones de Ripoll o Fabra son una garantía procesal que la bronca mediática convierte en sinónimo de culpabilidad. Y en el caso de las basuras de Alicante todo está por demostrar menos la percepción ciudadana. De los empresarios, no me cabe la menor duda de que Enrique Ortiz y otros implicados son caza menor para el PSOE, porque durante años han sido el perejil de sus salsas.
Si le dejan, Camps optará por las Termópilas, aunque muera en la heroica resistencia. Pueden aparecer otras variables incontroladas, pero la subcarpeta más importante es la de los nombres que formarán el futuro equipo de Camps. Y ahí pueden poner ustedes todos los que quieran porque el PP tiene una segunda fila importante que siempre ha quedado bajo el zapato de los grandes barones territoriales.
Castedo, A. Fabra y hasta V. Betoret. Rajoy y Cospedal no dejan de mirarlos.
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