SOS para el alcaudón chico

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En España sólo hay parejas en Lérida. Ahora, el Zoo de Barcelona criará en cautividad a tres más para que sus pollos vuelvan la próxima primavera a Cataluña

Día 09/07/2010 - 10.01h

Su espalda y coronilla son de color gris, su pecho rosado y su frente negra. Mide unos veinte centímetros de largo y posee un pico y una cabeza desproporcionados respecto al resto del cuerpo. Si usted se topa con él está de enhorabuena o en una zona muy acotada de Cataluña, pues la situación de peligro del alcaudón chico es «crítica».

A principios de los ochenta se contabilizaban entre treinta y cinco y cuarenta parejas en la Península Ibérica. Ahora bastan los dedos de una mano, y sobra uno, para representar su número. Los alcaudones se distribuyen, sobre todo, por Europa del este y Asia. «En Europa oriental las poblaciones son abundantes, pero los extremos sufren, como la frontera de Lérida con Aragón. Durante el último lustro su cifra ha descendido de manera dramática, concentrándose, principalmente, en la finca de Torreiberia (Lérida)», apuntan desde el Zoo de Barcelona.

Dos amenazas acechan a los alcaudones chicos: los cambios climáticos y la intensificación agrícola. Ésta última provoca la pérdida de los adecuados hábitats para su nidificación (cultivos de secano con barbechos y márgenes bien conservados). Además, el uso excesivo de los plaguicidas elimina los insectos de los que se alimentan.

El Zoo de Barcelona, con ayuda de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, desarrolla un proyecto de conservación ex situ de la especie. La presentación oficial del mismo tuvo lugar hace apenas dos días.

«Suplementamos su dieta con insectos (grillos, saltamontes, gusanos de la harina) y hamburguesas hechas de carne de ratón, rata y pienso de gato. Gestionamos el espacio de nidificación para que éste sea óptimo. Y capturamos a sus depredadores (urracas)», señala Rafael Cebrián, coordinador del programa. Hasta el momento han llegado al zoo de Barcelona tres parejas de alcaudones procedentes del centro de recuperación de Fauna Autóctona de Vallcalent (Lérida).

Carácter difícil

«Suponemos que criarán la primavera que viene: tienen que aclimatarse a las instalaciones y a sus compañeros. Los alcaudones tienen un carácter difícil y son solitarios. Pero esperamos que las parejas se consoliden», comenta Cebrián.

La previsión que manejan los responsables del zoológico es que cada una de estas parejas saque adelante cinco pollos. Estas aves suelen poner más huevos de los que son capaces de criar. Por eso, serán «rescatados» los benjamines que no puedan ser alimentados por sus progenitores. Cuando todos ellos puedan cazar solos se trasladarán al campo para que se sociabilicen con los pollos salvajes e inicien juntos la migración hacia el sur de África en agosto.

Otra de las causas que explican su disminución tiene que ver con este periplo largo y peligroso que llevan a cabo cada año. «Los alcaudones aprenden el camino de vuelta de sus padres. Nosotros intentaremos que la tasa de retorno a Cataluña sea alta el próximo mayo», manifiesta Cebrián.

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