Hazte premium Hazte premium

teatro

Olmedo y los clásicos

josé gabriel lópez antuñano

Cuando en 1983, el Partido Socialista decidió transformar las Jornadas de Almagro, auspiciadas por Pérez Sierra, en un Festival Internacional de Teatro Clásico, se intentaba convertir a esta localidad en el punto de referencia del teatro del siglo de oro. El proyecto era bueno, pero faltó definición, infraestructuras teatrales y hoteleras. Emilio Hernández, cinco años atrás, lo intentó de nuevo, sin conseguir los resultados apetecidos, convertir al Festival decano en referencia inexcusable. La indefinición y la falta de apoyos en el segundo intento cercenó cualquier posibilidad de conseguir tres objetivos claros: calidad, investigación y revisión de las puestas en escena de textos clásicos. En su lugar se impuso la cantidad, muchas compañías estables o no fijaron su vista en el repertorio español, y la proliferación de festivales de clásico en el territorio nacional.

El Festival de Olmedo se subió hace cinco años a este carro que produce dos efectos provechosos, la promoción de la villa y la aproximación de los clásicos al público de esta población y de la provincia. La fórmula de Olmedo, jornadas de estudio más programación de espectáculos clásicos, ha funcionado en las ediciones precedentes, consiguiendo que mucha gente se acerque a nuestros autores del siglo de oro a través de los montajes. Esta irradiación de la cultura que se consigue en Olmedo, como en otros lugares de España donde se programan festivales de idénticas características, resulta beneficiosa, puesto que muchos ciudadanos que jamás se acercarían a la lectura de una obra de nuestros clásicos, se convierten en auténticos entusiastas y, con el tiempo, expertos, e incrementan su bagaje cultural.

La promoción de la vida y la aproximación de los clásicos al público de esta población son los primeros beneficios del festival

Puesto que se trata de públicos distintos los que acuden a los diferentes festivales de teatro clásico, se ha intentado sin conseguirlo que los festivales programen como si se tratara de un circuito y encarguen propuestas escénicas, lo que mejoraría la calidad de los espectáculos. Ésta es una asignatura pendiente, difícil de resolver, pero que convendría solventar en bien de la cultura, del teatro y de la pervivencia de estos festivales, necesitados de apoyo mutuo para su supervivencia en tiempos de crisis. Olmedo podría encabezar esta iniciativa, tomando el relevo de Almagro y Almería, y proponerse sumar, de eso se trata, y concitar acuerdos con los más de quince festivales de primera línea que se reparten por España.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación