El ayuntamiento socialista de Coín prohíbe el burka

MADRID

El Gobierno, rehén de una inconcreta Alianza de Civilizaciones y de extrañas fidelidades en política exterior, sigue empeñado en mantenerse al margen de la avalancha de prohibiciones de utilizar el burka que llegan desde ayuntamientos de todos los signos políticos. Una cuestión que inquieta a la sociedad española es para el Ejecutivo, y en concreto para la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, una mera anécdota con la que construir chanzas más o menos ingeniosas. La adalid de la causa feminista e impulsora a ultranza del aborto libre no ve motivo alguno para inquietarse porque el radicalismo islámico obligue a las mujeres a cubrirse completamente.

Es más, se permite el lujo de bromear sobre la cuestión. Cuando, durante la presentación del estudio «Mujer y Desafío Emprendedor» celebrada en Cádiz, fue informada de que el Ayuntamiento de Coín (Málaga), gobernado por el PSOE en coalición con el Partido Andalucista, iba a ser el primer consistorio andaluz en prohibir el uso del burka en los centros públicos, sólo tuvo la ocurrencia de señalar en tono jocoso la posibilidad de que al final «tengamos más normativas municipales que burkas en España».

Aderezó su gracia preguntándose si realmente era ese «uno de los principales problemas que tiene Coín» y remató el chiste con el manido discurso oficial: «Es un debate complejo que necesita sosiego y tranquilidad y en el que hay que evitar el oportunismo político y el populismo». Ojalá el Gobierno hubiera sido tan comedido y reflexivo en cuestiones como el aborto, la prohibición de los crucifijos o la memoria histórica.

Afortunadamente, los ayuntamientos españoles sí son receptivos a las inquietudes ciudadanas. Así, además de Coín, las localidades barcelonesas de Mollet del Vallés y Coloma de Gramanet, la tarraconense de Cunit y la ilerdense de Balaguer debatieron ayer mociones solicitando la prohibición del uso de velos integrales.