Hazte premium Hazte premium

Atracón de Miralda y... bon appétit!

NATIVIDAD PULIDO

MADRID

Tras cinco años cerrado por obras —llevaba camino del Casón del Buen Retiro— ayer reabrió sus puertas el Palacio de Velázquez, una de las dos sedes expositivas que tiene el Museo Reina Sofía en el Retiro, junto al Palacio de Cristal. No es casual que la inauguración fuese anoche. Para la reapertura de este edificio se ha escogido a Antoni Miralda, artista barcelonés cuya obra tiene el mismo carácter mágico, ritual, de fiesta ceremonial, que la noche de San Juan. Los remozados espacios (se han sustituido las cubiertas, se ha cambiado el suelo y se han modernizado las instalaciones) se impregnan de la teatralidad que destila el poliédrico trabajo de Miralda n sta exposición que tiene carácter retrospectivo, pues aborda su trabajo desde los años 60, antes de viajar a París, hasta algunos de sus royectos más recientes.

Dice Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, que la obra de Miralda siempre ha estado envuelta en tópicos y lugares comunes, que esta muestra trata de desmontar: se la asocia con el conceptualismo, con lo carnavalesco y con lo kitsch. «Eso es estrechez de miras, una visión colonialista del arte, cuando en realidad él reivindica formas de conocimiento y experiencia de otras culturas». Al igual que ntes hiciern Beuys y Tàpies, Miralda mitad artista, mitad etnólogo) recupera en su trabajo lo mágico, lo sagrado y lo ritual, sólo que en su caso lo asocia a la sociedad de consumo, poniéndolo todo en cuestión y sin perder ese humor tan mordaz que le caracteriza. Mucho antes de que Ferran Adrià entrara en la Documenta de Kassel, Miralda ya introdujo la comida como experiencia artística en sonadas acciones ceremoniales por medio mundo. e interesa la ritualización de los alimentos: su preparación, la ofrenda, la consumición... Y es que la comida tiene un protagonismo asi absoluto en esta exposición, desde el mismo título, «De gustibus non disputandum», tomado de un proverbio latino, hasta sus sabrosos proyectos

«Texas TV Dinner», «Wheat & Steak», «Santa Comida» «FoodCulturaMuseum» y «Patriotic Banquet», un menú de banderas comestibles a base de arroz que le sirvió como reflexión crítica sobre la cobertura mediática de la guerra de Vietnam. Aquel proyecto no se pudo hacer ealidad en 1973 y ahora se lleva a cabo por primera vez.

Megáfono en mano, la presentación de ayer se tornó en un happening más de Miralda, convertido por unos minutos en improvisado guía turístico que nos iba conduciendo por el laberinto de sus propias pasiones y obsesiones. Ahí están algunos de sus proyectos más célebres, como «Honeymoon» (1986-1992). Sólo a su fértil imaginación se le podía ocurrir casar a Miss Liberty (la estatua de la Libertad que preside la bahía de Nueva York) con la estatua de Colón del puerto de Barcelona. Los alcaldes de ambas ciudades autorizaron simbólicamente tan curioso matrimonio firmando en tres bacalaos que cuelgan en la muestra, junto a monumentales objetos del ajuar. Este juego le sirvió para explorar los conceptos de conquista y libertad. o faltan algunos de sus primeros trabajos en los sesenta, cuando los soldaditos de plástico blanco parecen reproducirse sin desmayo: «Soldats soldés», «Toiles de Jouy», «Cenotafios»...

iralda nos invita a la celebración de la vida. Y, como en toda celebración que se precie, no puede faltarun suculento banquete. La mesa está servida. Buen provecho.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación