El turismo de cruceros mantiene a flote su crecimiento en Barcelona
El Port de Barcelona es el primero en Europa y el cuarto del mundo en tráfico de cruceros
JUDITH ESTALLO
El turismo de cruceros se ha convertido en uno de los mercados turísticos más importantes para Barcelona. A lo largo del año pasado, la ciudad condal acogió a más de dos millones de cruceristas. El pronóstico para el 2010 se muestra positivo.
El impacto del sector en la ciudad es de más 220 millones anuales
Las compañías tienen reservadas este año 888 escalas de cruceros
El turismo ... de cruceros en Barcelona vive, desde los Juegos Olímpicos de 1992, un crecimiento exponencial. La última estimación del impacto económico de este sector lo coloca a la par que el de congresos, reuniones y eventos. Así lo explica el director de Promoción Turística de la ciudad: «En 2008, justo cuando alcanzamos la cifra de 2 millones de cruceristas, este sector provocó un impacto de 224 millones de euros, similar al del mercado de reuniones, congresos y eventos». Turismo de Barcelona ha detectado que el gasto que hacen los visitantes con su tarjeta de crédito ha crecido un 17% en lo que va de año.
Barcelona resulta un destino atractivo para los cruceristas por su oferta cultural, gastronómica y por su clima. Además, si algo destacan las autoridades portuarias y de promoción turística de la ciudad es la capacidad de adaptación, y la competitividad en los precios que ofrecen las compañías que operan en el puerto.
El número de cruceristas registrados por el Port de Barcelona disminuyó un 10% en el primer trimestre de este año, debido, principalmente, a que el buque «Brilliance of the Seas», de la compañía americana Royal Caribbean, que el año pasado operaba en Barcelona durante los meses de invierno, fue trasladado a Dubai para realizar un nuevo itinerario. Una circunstancia que «ha provocado una mengua en el tráfico de cruceristas. Pero ahora el «Brilliance» vuelve para realizar rutas de verano desde Barcelona, y tenemos nuevas incorporaciones como la de la compañía española Happy Cruises, que comienza a operar este año», explica Carla Salvador, responsable de cruceros del Port de Barcelona.
Competencia con Roma
Al margen de esta marcha y regreso, el mercado asiático ha reducido las cifras del puerto lider del Mediterráneo, que ha mantenido una curva de crecimiento al alza a lo largo de los últimos 20 años en este segmento de actividad. Y es que, aunque ocupa la primera posición del ranking europeo y la cuarta del ranking mundial, según la revista «Dream World Cruises Destinations», la competencia internacional es fuerte, como también lo es la europea: «En el Mediterráneo competimos con el puerto de Civitavecchia, en Roma». asegura la responsable de Barcelona. Salvador añade que «aunque las instalaciones romanas no son tan modernas como las nuestras, la capital italiana dispone de un aeropuerto internacional, como el de Madrid, y en cuanto a ciudad resulta un buen reclamo turístico, igual que lo es Barcelona».
A pesar de que en primera instancia pudieran considerarse un inconveniente, esas cualidades convierten al puerto de Civitavecchia en un aliado: «Es muy positivo tener buenos puertos cerca y ciudades que llamen la atención. Así, los cruceros que salgan de Barcelona pueden hacer escala en Roma y viceversa», comenta Carla Salvador.
Popularizar el lujo
Viajar a bordo de un crucero ya no es cosa de ricos. Cada vez más, las opciones se adaptan al gran público. Se produce, lo que Rojas denomina una «democratización de la oferta». Familias, parejas de recién casados, grupos de empresa o jubilados encuentran su sitio a bordo de un crucero. Y es que «el precio del crucero es el mismo ahora que hace veinticinco años. Antes, costaba 250.000 de las antiguas pesetas, hoy día, cuesta lo mismo en euros», explica Félix González, experto en cruceros y director de la revista Cruceros & Destinos.
«Sin duda, se trata de un viaje que muchísima gente sueña con hacer, así que cuando lo ven a un precio asequible, no tardan en contratarlo», añade. Aún así, Carla Salvador explica que todavía queda mucho por hacer: «El año pasado, 500.000 españoles contrataron un crucero y España tiene 45 millones de habitantes. Yo creo que este es un mercado que todavía se puede explotar más». «Lo mismo pasa —añade— en otros países europeos, que comienzan a considerar el crucero como una posibilidad vacacional».
Una de las claves del éxito de este segmento ha sido el adaptar la oferta, según la época del año, a todos los bolsillos. «En un crucero de ocho días, en temporada baja, una plaza en el yacht club —la zona vip— puede salir por unos 1.900 euros por persona. En temporada alta, es más caro, y el precio asciende a los 2.600 o 2.700 euros por pasajero», comenta Emiliano González, director general de MSC Cruceros en España. De ahí para abajo, la oferta es amplia. «Lo más barato, por ejemplo, sería un camarote interior, cuyos precios oscilan, según la temporada, entre 950 o 450 euros por pasajero», comenta González.
Perfil familiar
El director de MSC recuerda que el perfil del crucerista ha cambiado mucho: «Ya no es un viaje para abueletes adinerados o ricos de mediana edad. En verano —añade— los barcos de crucero están llenos de familias con niños, que en muchas navieras no pagan; novios en luna de miel y grupos de amigos. En primavera se ven muchisimos grupos organizados: desde viajes de fin de curso a viajes de empresa, entre otros». Y es que la diversificación de la oferta pasa por expandir el negocio, por abrir un abanico de nuevas posibilidades.
Ahora, los cruceros incluyen centros infantiles y juveniles, rocódromos, pistas de hielo e incluso simuladores de Fórmula 1, dependiendo del público objetivo. Es lo que se conoce como cruceros temáticos, una oferta segmentada para atender nuevas necesidades, para llegar a un público más amplio y más popular.
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