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PAPA LUNA

Una historia que va de cráneo

Los restos del Papa Luna llevan seiscientos años en busca del reposo eterno que los avatares de la historia le han negado.

ROBERTO PÉREZ

Illueca, su localidad natal, reclama el cráneo de Benedicto XIII, declarado «antipapa» por Roma por el cisma de Occidente. Su vida fue de novela. Y seis siglos después de su muerte, sus huesos siguen escribiendo capítulos

Murió longevo, se mantuvo «en sus trece» e hizo ... frente a las amenazas de un momento histórico en el que la política, los equilibrios entre las dinastías europeas y Roma condujeron a su defenestración para dar una solución al conflicto surgido en el Cisma de Occidente. Benedicto XIII, Pedro Martínez de Luna, defendió hasta el fin de sus días su legitimidad como sucesor en el trono de San Pedro. Pero la política europea le acorraló. Murió aislado en Peñíscola, mirando al Mediterráneo, lejos de su casa natal en la zaragozana localidad de Illueca, a la que su familia quiso que regresaran sus restos poco después de morir.

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