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Las finanzas del SAS entran en la UVI

Las estrecheces presupuestarias obligan a cerrar este verano 240 camas para ahorrar 7,2 millones

Día 20/06/2010 - 01.31h
VALERIO MERINO
El secretario provincial de Satse, esta semana ante los medios.
R. A.
CÓRDOBA
Las arcas del Servicio Andaluz de Salud (SAS) han entrado en un estado comatoso. El anuncio de la Consejería de Salud esta misma semana de que inutilizará el 14 por ciento de las camas hospitalarias de la provincia durante los meses de verano —y que sólo estarán disponibles en el caso de extrema necesidad— no es sino la confirmación de una sospecha que albergaba la mayoría de las organizaciones sindicales: que los recortes económicos que está llevando a cabo la Junta de Andalucía en todos los ámbitos va a pasar factura a la calidad de la asistencia sanitaria, menguada además durante el estío por una cobertura de las bajas por vacaciones que todos los años roza lo ridículo por su nulidad en algunas categorías —en los especialistas médicos, por ejemplo—, pero que esta temporada va a ser menor aún, según la información de la que disponen las fuentes laborales consultadas por ABC.
La piedra de toque del renqueante estado de salud de los caudales del SAS ha sido la noticia difundida por la propia Consejería de que en torno a 240 puestos de hospitalización no estará operativos en julio, agosto y parte de septiembre. En la provincia existen unas 1.700 camas entre el Hospital Reina Sofía (con 1.300) y los dos comarcales (250 en el Infanta Margarita de Cabra y 170 en el Valle de los Pedroches en Pozoblanco), y a la Administración le cuesta al día unos 400 euros tener operativas cada una de ellas. Así, la decisión de pasar a la reserva 240 puestos de ingreso supone un ahorro de alrededor de 96.000 euros por jornada. En los dos meses y medio de la temporada estival, Salud dejará de gastarse una cantidad que se sitúa entre los 7,2 y los 7,5 millones de euros a cuenta del cierre de camas.
Con todo, el argumentario oficial de la Junta de Andalucía no emplea la palabra «cierre», sino «reserva» de camas, al tiempo que justifica esta determinación «debido a la planificación que se realiza tras analizar diferentes factores, como la actividad programada, el índice de ocupación de los años anteriores y el descenso de la demanda asistencial». En la citada comunicación de Prensa de la semana que hoy acaba, el SAS insistía en que «durante la última década, el porcentaje de ocupación no ha superado el 80 por ciento de media, lo que supone que cada verano un 20 por ciento de las camas permanecen libres». La Administración autonómica agregaba que «las camas en reserva (14 por ciento) no superan en ningún caso el porcentaje de las que permanecen libres». La guinda de la argumentación de la Consejería es que el bloqueo de puestos de hospitalización permite realizar obras de reforma de los espacios de atención a los enfermos aprovechando su desocupación. En concreto, la Junta asegura que invertirá este verano 60 millones de euros en la mejora de las instalaciones sanitarias de toda la comunidad autónoma.
La segunda derivada del «tijeretazo» sanitario está en la merma del personal estival, que se ha
convertido en una patología crónica en los últimos lustros pero que a partir del próximo julio va a dejar a los servicios asistenciales de la provincia en una situación catatónica, a tenor de los ocos datos con los que cuentan los sindicatos a menos de dos semanas de que comience el periodo vacacional. Con la certeza ya asumida de que será de nuevo entre los médicos donde se dé un porcentaje más bajo de sustituciones —sobre todo entre los especialistas—, el termómetro más fiable de cómo se encuentran las finanzas del Servicio Andaluz de Salud lo dará el porcentaje de suplencias de los enfermeros y los auxiliares. En este sentido, el sindicato Satse, el de más influencia en estas categorías profesionales, tiene claro que la cobertura de las bajas vacacionales se situará por debajo de otros años. Manuel Cascos, responsable de la entidad sindical en Córdoba, suscribe en esta línea que «lo habitual en otras temporadas es que se dotara en torno al 40 ó 45 por ciento de los puestos que se quedan libres, pero estos julio y agosto pensamos que no se llegará siquiera al 35 por ciento, aunque no contamos por el momento con datos concluyentes».
La Junta no habla de porcentajes, sino de números enteros y garantiza que se contratarán «cerca de 68.000 jornadas de trabajo en Córdoba para la sustitución de personas que se toman vacaciones, lo que supone una inversión de 8,3 millones de euros». La Administración autonómica no ofrece la cifra de cuántas jornadas quedan vacantes en el verano por los permisos estivales. Sea como sea, el SAS prevé realizar en Córdoba durante julio, agosto y septiembre 6.406 intervenciones quirúrgicas programadas y un 12 por ciento más de consultas de especialistas y de pruebas diagnósticas que en el estío de 2009.
Que se cumplan o no las previsiones de la Junta será la prueba de fuego para comprobar si las maltrechas cuentas del SAS logran sobreponerse o han de seguir tomando medidas drásticas, tales como el anunciado cierre del centro de salud de Colón o la clausura definitiva de las camas de Los Morales.
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