La falta de profesores de catalán podría poner en juego los planes lingüísticos de la Generalitat. La caída de «vocaciones», que empezó a notarse a finales de 1999 y se ha acusado con los años, ha llevado al gobierno catalán a presentar un plan de choque urgente para fomentar los estudios de Filología Catalana, cuna de una parte de los profesores de Secundaria y Bachillerato que se necesitarán en los próximos años.
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Desde hace varios cursos, Filología Catalana es, con diferencia, una de las carreras menos apetentes para los alumnos. Su declive empezó con la caída de las Humanidades y se acentuó superada la barrera del año 2000, coincidiendo con una intesificación de la normalización lingüística en las escuelas. Tanto el conseller de Innovación , Universidades y Empresa, Josep Huguet, como la anterior Comisionada de Universidades, Blanca Palmada, han expresado últimamente su «preocupación» por la baja demanda de esta titulación, que en estos últimos cursos ha alcanzado mínimos preocupantes.
Menos de la mitad
Según los datos que maneja el Govern, en el año 1999 se matricularon en primer curso de esta carrera un total de 360 alumnos. Apenas tres años después, esta cifra se había rebajado hasta 127, menos de la mitad. La pérdida de «vocaciones» ha sido constante desde entonces. En el año 2006 sólo eligieron ser profesores de catalán 109 alumnos —así lo reflejaron las cifras de preinscripción facilitadas por la Generalitat—, dato que se rebajó hasta el mínimo histórico de 89 el curso siguiente. Del total de aspirantes a universitarios (más de 20.000), apenas un centenar se decantaron por estos estudios y algunos de ellos no los incluyeron como primera opción.
En 2008 hubo cierta recuperación aunque los niveles continuaron siendo preocupantes (sólo escogieron Filología Catalana 104 aspirantes a universitarios). La baja demanda hizo que la entonces Comisionada de Universidades, Blanca Palmada, lanzara la voz de alerta y, anunciara un plan de choque para fomentar las «vocaciones» de maestro de catalán. «Con las peticiones que actualmente tenemos de esta carrera apenas cubrimos las plazas de profesores de catalán que se necesitarán para Secundaria y Bachillerato.
Blanca Palmada admitió el grave «estancamiento» de esta carrera, junto a las ingenierías. La caída de peticiones de Filología Catalana en las principales universidades públicas ha sido progresiva. Según datos a los que ha tenido acceso este diario, la Universitat de Barcelona (UB) pasó de los 397 estudiantes matriculados en el curso 1999-2000 a sólo 132 en 2006-2007. En el resto de centros la tónica fue similar —Universitat de Girona (de los 357 de 1999 a 92 en el curso 2006-2007), Universitat de Lleida (154 curso 1999 a 33 en el 2006-2007) y Riviera i Virgili (de 210 a 80)—.
Ante tan alarmantes datos y ante la presión de los profesores del sector, la Generalitat se ha visto obligada a mover pieza. El conseller de Innovación, Universidades y Empresas, Josep Huguet, presentará hoy junto al representante de la Coordinadora de Estudios Universitarios de Filología catalana, Albert Solé, un conjunto de medidas destinadas a promover el estudio de la lengua catalana.
Reunión de la Coordinadora
Los profesores de catalán llevan años expresando su malestar a la Administración. El 28 de octubre de 2009 representantes de la Coordinadora de Estudios de Filología Catalana —integrada por representantes de la Universidad de Alicante, la UAB, la UB, la Universitat Oberta, la Rovira i Virgili, la Universidad de Valencia y la Universitat de Lleida— se reunieron en la capital del Segre para analizar la situación. En el encuentro, abundaron en la necesidad de «seguir trabajando de forma unitaria para lograr una mayor promoción de los estudios».
Paralelamente al declive de la titulación de Filología Catalana, la de Filología Hispánica ha mantenido la demanda y en algunos casos se ha incrementado.
Los matriculados en Filología Hispánica han incluso aumentado en algunas universidades y, en todos los casos, la demanda se mantiene por encima de la de catalán.