Pavese, el oficio de (sobre)vivir
«Vendrá la muerte y tendrá tus ojos / esta muerte que nos acompaña / desde el alba a la noche./ Será como dejar un vicio, / como ver en el espejo / asomar un rostro muerto, / como escuchar un labio ya cerrado. / Mudos, descenderemos al abismo»... Versos sobrecogedores ... de uno de los poemas más desoladoramente humanos del siglo XX. Su autor, Cesare Pavese, un hombre también a menudo desolado, herido por el desconsuelo, maltratado por el asma, prisionero de la depresión. Este verano se cumplirán sesenta años de aquel día, un 27 de agosto, en que Pavese cruza la puerta de la habitación 49 del Hotel Roma, en Turín. Unas llamadas de teléfono, una negativa tras otra, cuatro mujeres que no quieren cenar un plato de pasta con él. Sobre la mesilla, los somníferos que le ayudan a mal dormir. En su cabeza, las últimos frases escritas en su diario: «Basta un poco de valor. Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más». Uno tras otro, los somníferos le mecen en el que será su sueño eterno.
Atrás queda una obra poética, narrativa y ensayística de las más trascendentes de la literatura contemporánea. Atrás quedan sus soledades, sus complejos, su mala conciencia por no haberse comprometido con la Resistencia Antifascista como habría querido, pero su salud frágil como el cuello de un ruiseñor nunca fue como para cantar el «Bella ciao» o el «Fischia il vento», aunque durante casi un año los camisas negras lo metieran entre rejas por colaborar con los comunistas.
Atrás queda la editorial Einaudi, el matrimonio Ginzburg, los amigos muertos y martirizados, un puñado de libros imprescindibles: «Trabajar cansa», «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos» (poesía); «El hermoso verano», «Diálogos con Leucó», «Entre mujeres solas»... (novela); «El oficio de vivir» (ensayo), y docenas y docenas de artículos y estudios.
Y ahora, dos regalos para el lector, ambos editados en Lumen, sus «Cuentos completos», retales de vida, jirones de desesperanza y, por primera vez, en traducción española, «Camino de sangre», una novela escrita a cuatro manos con Bianca Garufi, compañera en la editorial Einaudi y su ocasional amante. La novela fue descubierta por Italo Calvino a finales de los 50, mientras rebuscaba entre los papeles de Pavese, a los diez años de su muerte. Y apareció esta pequeña obra maestra en la que sus autores se sumergen en el universo pavesiano, se muestran al desnudo, enteros y verdaderos, en un primoroso ejercicio narrativo.
Su vocación fue el oficio de (sobre)vivir, pero no lo consiguió. Le faltaban apenas dos semanas para cumplir 42 años, pero vino la muerte y tuvo sus ojos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete