
Martes
, 18-05-10
POR J. P. M.
CÓRDOBA. El tiempo apremia, pero las cajas avanzan a paso de tortuga desde su cuerpo de paquidermo: sin prisa pero sin pausa. La tensión sobre los acuerdos del protocolo de fusión aprobado en ambos consejos de Cajasur y Unicaja el verano pasado se mantiene. La entidad malagueña quiere revisarlos y la cordobesa se niega de forma tajante y recela.
En esta disyuntiva hay intercambio de golpes soterrados. El plan de recortes, ahora tan de moda, comienza por el aplazamiento tres años de la dotación para la fundación que gestionará el Cabildo Catedralicio, ocho millones anuales esos tres primeros ejercicios que darían aire a las cuentas de Unicaja -siempre sujetos a la evolución del negocio, en franco retroceso en los tiempos que corren-.
En segundo plano están la cosede, su dotación de recursos humanos, competenciales y económicos y el peso específico de Córdoba en el engranaje final de Unicajasur. Se habló de un cosede de negocio para Andalucía occidental y Extremadura, alguna atribución sobre las participadas y la Obra Social correspondiente al territorio así como la segunda vicepresidencia, que no corre peligro.
Sólo restan cuatro días para el consejo de administración señalado por ambas cajas que deben aprobar el preceptivo proyecto de fusión que debe incluir los acuerdos bilaterales de ambas entidades en teoría (protocolo sí, o protocolo no; no deja de ser una declaración de intenciones) y los laborales, que ya se saben lo enconados que siguen, pero que se tornan fundamentales según la ley.
Más ayudas a la fusión
«¿Y si no hubiera acuerdo laboral, qué pasaría...?». La pregunta tiene su miga y surgió ayer en la reunión que volvieron a mantener los máximos dirigentes de ambas entidades en Málaga. Sabedores del estancamiento de la negociación con los sindicatos y de la obligatoriedad de ese pacto para seguir con la fusión se admiten todo tipo de lecturas.
Un preacuerdo para ganar tiempo hasta el 30 de junio. La posibilidad, ya avanzada por este periódico, de que se insufle más sangre a la fusión con una nueva aportación (ya hay aprobados por el Banco de España 990 millones de euros) del Fondo de Garantía de Depósitos que podría conocerse en breve plazo -lo que abriría las vías de la operación- o el fracaso de todas las partes y la intervención del Banco de España, algo que pone los pelos de punta a todos los intervinientes cuando se menciona.
Según fuentes financieras, la reunión de ayer sirvió para ratificar por enésima vez el compromiso de ambas cajas de seguir adelante «in extremis» hasta la cita cumbre del viernes, aunque antes, mañana mismo, los sindicatos volverán a verse las caras con las cajas sin el efecto de la manifestación de ayer en Córdoba y con posibles novedades de enjundia sobre la mesa que podrían dar un giro copernicano a este proceso repleto aún de dudas, según apuntan algunas fuentes financieras.
Lo cierto es que la tensión va a durar hasta el último minuto, lo mismo que ya sucediera en su día con las fusiones de cajas que dieron lugar a Unicaja bajo la batuta de Braulio Medel.


