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Las claves de una semana negra para los mercados

El temor al contagio de la crisis griega ha provocado la caída del Ibex 35, que ha firmado una de las peores semanas de la historia

Las claves de una semana negra para los mercados

El tópico asentado en los mercados que asegura que el dinero es miedoso se ha vuelto a cumplir esta semana. El temor al contagio de la crisis griega a la economía española, rumores sobre la posible rebaja de la calificación de la deuda soberana y todo tipo de especulaciones han hecho que los mercados firmen una de las peores semanas de la historia. En concreto, el Ibex 35 ha perdido en los últimos cinco días un 13,78% de su valor, en la que constituye la peor semana para el selectivo español desde la quiebra de Lehman Brothers en octubre de 2008.

Aunque el lunes, en una jornada con un escaso volumen de negociación, ya retrocedió un 0,7%, el vía crucis de la Bolsa española comenzó el martes, cuando el selectivo marcaba su mínimo anual, al dejarse un 5,4% y liderar los descensos de los principales mercados europeos -su caída sólo fue superada por el 6,6% de Atenas-. La explicación a este desplome fue el pánico de los inversores a que la crisis griega se contagiara a España, originado en el rumor de que el país podría necesitar 280.000 millones de euros en ayudas para evitar el colapso de su economía y que rápidamente se propagó por los parqués europeos.

Este ataque especulativo obligó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a desmentir estos rumores ante los medios. Sin embargo, su comparecencia no hizo más que acentuar el desplome de los mercados. En esa jornada el Ibex 35 perdió el soporte de los 10.000 puntos por primera vez desde julio de 2009, al cerrar en 9.859,10 enteros.

Durante las dos jornadas siguientes, mientras el resto de plazas europeas comenzaban a recuperar la normalidad, el selectivo español moderó su descenso, llegando a cotizar en positivo en varios momentos. Sin embargo, ni la reunión entre Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy o las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, reiterando la conocida consigna de que las economías de España y Portugal tienen poco que ver con la helena, consiguieron evitar que la Bolsa madrileña volviera a marcar mínimos anuales, al ceder el 2,3% y 2,9% esos dos días.

Finalmente, el Ibex ha cerrado una semana negra, en la que se ha dejado 1.446,10 enteros, retrocediendo a niveles de finales de abril del pasado año, al encadenar su quinto descenso consecutivo y acumular una caída del 24% en el año.

Miedo a la falta de respuesta española

El mayor temor de los mercados sigue siendo la posibilidad de que España no arbitre las medidas necesarias que impidan que su economía siga los pasos de la griega y necesite el auxilio de sus socios comunitarios , ya que su peso en la eurozona es mucho mayor y en su caída podría arrastrar a la moneda única, lo que desataría una nueva crisis de proporciones mundiales. Por ello, los rumores de que el país estaría a punto de solicitar un millonario rescate de forma inminente, unido al de que la agencia Fitch podría seguir los pasos de Standard & Poor's y rebajar la calificación de la deuda española -extremo que fue negado por la agencia- y la advertencia de Moody's sobre una posible rebaja del 'rating' de Portugal -que el mercado interpretó como una posible advertencia para España- destaron el pánico entre los inversores, cuya huída masiva del parqué pagaron las empresas españolas, especialmente las del sector financiero.

Las llamadas a la calma y a la confianza en la solidez de la economía española efectuadas desde el Gobierno y distintas instituciones europeas no han sido suficientes para que el Ibex abandone los números rojos. Según los analistas es más que probable que la volatilidad que ha marcado las últimas jornadas se mantenga hasta que desaparezcan las dudas sobre la debilidad de España, momento en el que el selectivo debería comenzar a recuperar el terreno perdido en los últimos días. No hay que olvidar, señalan los expertos, que el mercado se enfrenta a un problema de confianza que ha sido aprovechado por los especuladores para hacer negocio a costa de los valores y la deuda pública española. De hecho, esta misma semana el Tesoro Público consiguó colocar 2.300 millones de euros en bonos a cinco años, pero a un tipo de interés superior al previsto.

Todos coinciden el que la confianza sólo volverá cuando el Gobierno aplique un plan de reducción del déficit creíble, que permita a los temerosos inversores volver a creer en la solidez de la economía española.

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