Adiós a las aspiraciones españolas para acoger el telescopio gigante europeo. El Observatorio Austral Europeo (ESO) acaba de escoger el cerro Armazones, situado en el desierto chileno de Atacama, como el lugar para instalar el gran instrumento científico. La opción española era la de Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, que hoy ha sufrido la mayor de las decepciones.

Conocido como European Extremely Large Telescope o Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT, por sus siglas en inglés), la instalación será una maravilla científica. Dispondrá de un espejo de 42 metros de diámetro, lo que la convertirá en «el ojo más grande del mundo en el cielo» y la «mayor máquina del tiempo», al ser capaz de observar los confines del universo. La máquina se encargará de la búsqueda de exoplanetas, seguirá la evolución del cosmos, desde las primeras emisiones de luz hasta nuestros días, y estudiará las fronteras de la física (gravedad intensa, variaciones de las constantes fundamentales, estructura del espacio-tiempo, etc.)

Canarias no quería perder esta oportunidad -se jugaba no sólo figurar a la cabeza de los lugares de actividad científica, sino, además, una inversión económica de mil millones y la consecuente creación de cientos de puestos de trabajo-, pero Chile ha presentado sus poderes. Ya se veía venir. Hace unas semanas, la organización astronómica valoraba positivamente la opción del Roque de los Muchachos, pero decidía recomendar el chileno Cerro Armazones como el lugar idóneo.

La ESO ha considerado que el cerro del país andino ofrece «el mejor balance de calidad del cielo en todos los aspectos"». Armazones es una montaña de 3.060 metros de altura en la parte central del Desierto de Atacama, en Chile, ubicada a unos 130 kilómetros al sur de Antofagasta y a unos 20 kilómetros de Cerro Paranal, hogar del Very Large Telescope de ESO.

«Este es un hito importante que nos permite finalizar el diseño base de este ambicioso proyecto, que posibilitará importantes avances en el conocimiento astronómico», ha señalado Tim de Zeeuw, director general de ESO. El próximo paso de ESO es construir el telescopio óptico-infrarrojo extremadamente grande (E-ELT), con un espejo primario de 42 metros de diámetro. El E-ELT será el único telescopio de su tipo a nivel mundial. El proyecto es muy ambicioso. Según la organizción, el telescopio podría finalmente revolucionar nuestra percepción del Universo tanto como el telescopio de Galileo lo hizo hace 400 años. La luz verde para la construcción se espera a fines de 2010 y el inicio de las operaciones para 2018.

La decisión acerca de la ubicación del E-ELT ha sido adoptada por los delegados de los 14 países miembros de ESO y está basada en una exhaustiva investigación meteorológica comparativa, que ha durado varios años. La mayor parte de la información reunida durante el proceso de selección será publicada a lo largo de 2010.

Calidad de la atmósfera Varios factores tuvieron que ser considerados en el proceso de selección del emplazamiento. Obviamente la “calidad astronómica” de la atmósfera (por ejemplo, el número de noches despejadas, la cantidad de vapor de agua y la “estabilidad” de la atmósfera, también conocida como seeing) ha jugado un papel crucial. Pero también debieron ser tomados en cuenta otros parámetros, tales como los costos de construcción y operación, y las sinergias científicas y operacionales con otras grandes instalaciones.

La decisión no está exenta de polémica. El PP se ha adelantado a criticar al gobierno por no impulsar debidamente el proyecto. La ministra de Ciencia e Innovación, Critica Garmendia ha reconocido que los datos científicos esgrimidos por el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) , en los que se basó la candidatura española, y los que maneja el ESO ni siquiera concuerdan. «Resolver esta controversia es clave para entender la decisión definitiva sobre la ubicación», ha dicho Garmendia en un comunicado.