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Rafael Domingo: «Garzón lo hizo muy bien en el caso Pinochet»

Catedrático de Derecho. Ha presentado en EE.UU. su libro «The new global law»

Rafael Domingo: «Garzón lo hizo muy bien en el caso Pinochet»

Rafael Domingo, jurista aventajado, asegura que la humanidad precisa un nuevo Derecho Global al que llama «antroparquía».

-«La nueva legislación global», se titula su nuevo libro. Sugerente tema...

-Es el tema de nuestros días.

-Dice que toca superar el Derecho Internacional y pasar a un Derecho Global.

-Lo que defiendo es que hay que cambiar de «traje» legal, por la globalización.

-¿Cómo será el nuevo?

-Aquél que considere que la humanidad como tal tiene relevancia jurídica. La clave es que lo que afecta a la humanidad tiene que ser aprobado por la humanidad. Por ejemplo, en lo que se refiere al calentamiento global o la carrera nuclear.

-¿Utopía en estado puro?

-Más que utópico, soy soñador. Algo similar a lo que yo planteo ha ocurrido en Europa. Hace setenta años era un escenario de guerra y sangre y ahora es la Unión Europea.

-¿La UE es su referencia?

-Sólo en parte, porque es demasiado burocrática y basada en los estados.

-¿Entonces?

-Se necesita un gobierno global distinto del gobierno de las naciones.

-¿Y qué papel tendrán ahí los estados? Se resistirán como gato panza arriba.

-Se irán transformando poco a poco. Hasta ahora el sistema era «yo en mi estado hago lo que me dé la gana», o, en el caso de los tratados internacionales, «yo me vinculo sólo si quiero», pero ese concepto de soberanía hace agua desde la Declaración Universal de Derechos Humanos.

-¿Echaría el cierre a la ONU?

-La transformaría en un nuevo ente que yo llamaría «Humanidad Unida». Habría un Parlamento global.

-Pero podría convertirse en un instrumento totalitario...

-Por eso sólo tendría competencias para determinar qué materias atañen a toda la humanidad (que estarían sometidas a «reserva de globalidad») y crearía instituciones globales para resolver cada una de ellas. Así la autoridad y los centros de decisión quedarían dispersos. Eso es importante, porque el mundo global es controlable, está en un grave riesgo de «criptocracia», de quedar manejado por intereses ocultos y espurios.

-Nada de lo que propone parece fácil de llevar a la práctica.

-Hay que vender la idea como posible. Ya ha calado que la humanidad tiene unos problemas comunes y ahora hay que convencer de que el nuevo mundo global tiene que estar sometido a Derecho. ¡A la antroparquía!

-¿La antroparquía será una especie de democracia global?

-El principio de democracia va a influir, pero tenemos que dar al sistema un nuevo nombre porque humanidad sólo hay una, mientras que para que exista un estado tiene que haber al menos otro. En la antroparquía los estados estarán representados, pero también las instituciones, ya sea la Cruz Roja, los Bancos o los defensores de la libertad de expresión. El Parlamento sería mixto.

-¿Pero quién va a ceder soberanía para poner eso en pie?

-Yo siempre pongo el ejemplo del inglés. Nadie lo ha impuesto, pero necesitábamos un idioma global. Pues es lo mismo: el Derecho Global puede convivir con el resto de ordenamientos jurídicos.

-¿Garzón ha sido un adelantados de ese Derecho Global o se ha pasado a veces de frenada?

-¡En este campo yo soy muy partidario de lo que ha hecho, y en el caso Pinochet, me quito el sombrero ante él! El Tribunal Constitucional refrendó el principio de jurisdicción universal, jueces como Garzón lo aprovecharon y eso situó en vanguardia a España. Pero luego ese principio se limitó, aprovechando la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Espero que algún día se revelen las razones de fondo de tan grave error.

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