Una primavera de armas tomar

Esta predicción es válida para el polen de gramíneas y las regiones de la zona centro, con clima continental, como Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la zona norte de Andalucía. Las gramíneas harán acto de presencia entre mayo y junio. Pero quienes tengan alergia al polen del plátano de sombra serán los primeros en sufrir los estragos de la alergia. Este árbol libera su polen en grandes cantidades entre marzo y abril. Sólo la llegada prematura del verano y unas temperaturas extremas podrían suavizar la previsión de los alergólogos.

Si la primavera se comporta como mandan los cánones, muchos pacientes que el año pasado no notaron ningún síntoma recordarán lo que es la rinitis, la tos, el picor de ojos o la sensación de ahogo. Más en las zonas urbanas donde la contaminación empeora las reacciones alérgicas al polen. La «culpa» la tienen las partículas diesel que se alían con el polen. Estos contaminantes pueden aumentar hasta 27 veces el potencial alergénico, agravar los síntomas y hasta aumentar el número de afectados.

Al diesel también se suma el ozono, otro gran enemigo para los alérgicos. En las ciudades con elevadas concentraciones de ozono es mayor el número de síntomas de asma y el consumo de medicación es superior.

La alergia atacará de forma diferente al arco mediterráneo, el sur de España o la cornisa cantábrica y Galicia, donde la incidencia del polen de gramínea es mínima. Fuera de la zona centro, los alérgicos deberán estar atentos a la polinización del olivo o de la parietaria, una familia de malezas muy alergénica típica del Mediterráneo.

Plan personalizado

El aviso de «primavera intensa» que ha lanzado la Sociedad Española de Alergología se envía a seis millones de españoles, el número de pacientes que se estima pueden estar sensibilizados a algún tipo de polen. Y, sobre todo, a aquéllos que no están bien controlados por su médico y reciben el tratamiento adecuado. «Todos los alérgicos deberían tener un plan personalizado para tratar su problema. Es clave conocer la gravedad de su problema, saber a qué tipo de polen son sensibles y utilizar un medicamento en función de los síntomas. No es igual tener rinitis, que conjuntivitis o asma de base alérgica», explica Tomás Chivato, presidente de la Sociedad Española de Alergología.

La alergóloga Gabriela Canto reconoce que se ha pasado de un 10-15% de prevalencia hace 20 años se ha pasado a un 40% en la actualidad. La mayoría no ha pasado por la consulta del especialista.

Inmigrante, nuevo alérgico

Al ascenso imparable del número de alérgicos en España han contribuido también el número de inmigrantes. Llegaron sin rastro de alergia a nuestro país y aquí se han sensibilizado. Un estudio de la Sociedad de alergología sobre la evolución de las alergias desde 1992 ha demostrado que el 8% de los pacientes que acuden al médico con rinitis o asma es extranjero.

No importa su lugar de procedencia. Dos años o tres años después de vivir en nuestras ciudades empiezan a tener síntomas de alergia, cuando no habían sufrido ningún episodio alérgico en su país.