Colapso olímpico en Barcelona
Una magnífica postal de promoción de la candidatura olímpica Barcelona 2022, pero también una pésima presentación de cómo una ciudad queda colapsada tras una gran nevada . El excepcional temporal de nieve caído ayer sobre la capital catalana (el anterior precedente fue en la víspera de Reyes de 1985), así como en el área metropolitana (la última gran nevada fue de 1993), demostraron ayer la fragilidad y poca robustez de una conurbación poco habituada a una meteorología tan adversa.
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Pese a que ya desde el viernes se advertía de la posibilidad de nevadas, la virulencia del temporal pareció coger a la ciudad desprevenida. Si la nieve que empezó a caer de buena mañana fue recibida entre la curiosidad y la diversión de los barceloneses, sobre el mediodía, cuando el temporal arreció, la preocupación y el enfado se generalizaron. Pasadas las 15 horas, la nieve empezó a cuajar incluso en las partes más bajas de Barcelona; cuando ya se superaban las cuatro de la tarde, la ciudad era casi impracticable. A las cinco menos diez, por ejemplo, se decretó la suspensión total del servicio de autobuses y de tranvía, con lo que toda la capacidad del transporte público, también tras la caída del servicio en Rodalies y Ferrocarrils, dependió casi en exclusiva del Metro. El suburbano resistió, decretándose además su apertura -expecional entre semana- durante toda la noche. Lo peor se vivió a pie de calle, a pie de Ronda para ser exactos. Tanto la de Dalt como la Litoral se convirtieron en ratoneras para muchos conductores, que ayer pasaron la tarde allí. La cantidad de vehículos impidió incluso el trabajo de las 19 máquinas quitanieves que en Barcelona prácticamente se concetraron en despejar de nieve las rondas.
Con este panorama, casi más que la movilidad interna, donde más sufrió la ciudad fue en sus conexiones con el Área Metropolitana , suspendido el servicio de Rodalies y de Ferrocarriles de la Generalitat casi de manera total hasta última hora de la tarde, y sin que pudiese prestarse servicio alternativo de autobuses. El Ayuntamiento habilitó 3.000 habitaciones a precios reducidos, así como dos polideportivos para alojar a quienese se quedaron atrapados en la ciudad.
Gerona, sin luz
El temporal se cebó en la provincia de Gerona, que quedó en penumbra con cortes de luz que afectaron a unos 200.000 abonados. El fallo en el suministro se produjo al desconectarse, a causa del temporal, una línea de transporte de alta tensión de Red Eléctrica de España (REE) de 220.000 voltios, que va de Vic (Barcelona) a Juià (Gerona).
La avería se registró a las 16.50 horas y el corte de suministro afectó especialmente a toda al zona de la Costa Brava, desde Bellcaire del Empordà (Gerona) hasta Tordera (Barcelona) y que incluye una parte de la ciudad de Gerona, según informaron fuentes de REE. La línea de alta tensión que cayó alimenta distintas redes de distribución de Fecsa-Endesa y «es de las más importantes de la provincia», según estas fuentes. La compañía envió varios cien electrógenos a las localidades más afectadas por el corte de suministro así como 100 operarios. En Gerona capital y alrededores, a oscuras, se alcanzaron gruesos de 60 centímetros y afectó a todos los servicios de comunicación y transporte. A las diez de la noche, seguían sin recuperar el suministro eléctrico.
El temporal afectó también al servicio de telefonía, tanto por la caída de árboles y del propio tendido, como por la inutilización de repetidores y centrales por la falta de suministro eléctrico. En cuanto al transporte aéreo, el temporal de nieve obligó a desviar nueve vuelos y a cancelar otros 31 en el aeropuerto Gerona-Costa Brava.
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