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El entierro de Zapata se convierte en una protesta contra el régimen

Orlando Zapata Tamayo, disidente cubano fallecido el pasado martes tras 85 días de huelga de hambre, fue enterrado este jueves en medio de una fuerte custoria policial y sin que cesara la represión del régimen para impedir muestras de solidaridad. Mientras, la comunidad internacional instó al Gobierno de Raúl Castro a poner fin a la represión y liberar a los 200 presos políticos que hay en la isla.

Los restos de Zapata fueron enterrados en el Cementerio Sur de la localidad de Banes, provincia de Holguín (este), en medio de una fuerte custodia policial, informó a Europa Press su madre, Reina Tamayo, quien no dudó en resposabilizar, horas antes del sepelio, al régimen de los Castro por lo que pudiera ocurrir en el mismo. "Voy a enterrar a mi hijo. Responsabilizo a Fidel y Raúl Castro ante el mundo de todo lo que nos pueda suceder cuando saquemos el sepelio de mi hijo porque nos tienen rodeados", explicó Tamayo a Europa Press desde su casa, en Banes, custodiada por "veintipico sicarios" que "la sitiaron durante toda la noche".

Pese a "la represión del régimen" y el hecho de que las fuerzas de seguridad cubanas lograron "cortar la carretera completa" para impedir que disidentes y vecinos acompañaran a la familia durante el sepelio, más de un centenar de ellos han logrado acceder hasta su casa y acompañarla en el funeral. Los efectivos policiales, que querían "adelantar" el sepelio para antes de la hora prevista, ordenaron a la familia llevar el féretro de Zapata en un coche. "Y nos negaron a que lo lleváramos caminando hasta el cementerio como era nuestro deseo", comentó Tamayo. "Finalmente accedimos pero no por miedo, sino porque había llovido mucho y el suelo estaba muy malo", indicó. Las personas que siguieron el coche, gritaban consignas como "Orlando vive en nuestros corazones", "Libertad para Cuba y todos los presos políticos", "Libertad para todos" y "Abajo el régimen comunista", entre otras, comentó la madre de Zapata.

Durante el camino al cementerio, Reina Tamayo gritaba por las calles: "No admito el mensaje de Raúl Castro ni de Fidel Castro. A mí no me van a asustar". A la caravana, que tuvo como destino el también conocido cementerio de La Gþira, se sumaron más personas "hasta pasar fácilmente de las 100", mientras seguían custodiados por "más de 50 autoridades del Estado" sin que se produjeran hechos de violencia. Finalmente el entierro se llevó a cabo poco antes de las 08. 00 horas (15. 00 hora peninsular española), de acuerdo a la voluntad de la familia tras rechazar la "presión" del régimen para adelantar el sepelio al miércoles.

Zapata, albañil de 42 años, fue uno de los 75 detenidos durante la Primavera Negra en 2003. El opositor dejó de ingerir alimentos sólidos el pasado 3 de diciembre para protestar por las palizas sistemáticas que recibían los presos políticos en la cárcel de Kilo 8, en la provincia de Camagþey. Al menos 100 personas han sido detenidas o confinadas en su casa por el régimen entre el martes y este jueves por el régimen para impedir críticas al régimen por la muerte de Zapata, confirmó a Europa Press el presidente de la Comisión Cubana de DDHH y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez.

La madre no aceptará disculpas Reina Tamayo dejó claro que no aceptará ninguna disculpa del régimen --algo que tampoco han hecho, precisó-- y consideró una muestra de "cinismo" que Raúl Castro culpe a Estados Unidos de la muerte de su hijo. "No admito que Raúl Castro pase condolencias a esta madre. Esto es un asesinato premeditado", aseguró.

La madre pidió "mano severa" a la comunidad internacional contra el régimen porque, de lo contrario, no se lograrán mejoras para el resto de presos políticos. "Si los países aledaños no toman mano severa con Cuba yo no pienso que mejore la situación de los presos, no solamente para los presos políticos, también para los presos comunes" en las cárceles cubanas, concluyó. "Aquí no hay Derechos Humanos", aseguró.

Zapatero y la UE piden la liberación del resto de presos Después de que el miércoles la secretaria de Estado, Hillary Clinton, lamentara "profundamente" en el Senado la muerte del disidente, reiterara el "fuerte rechazo a las acciones del Gobierno cubano" por parte de Washington y reclamara la liberación del resto de presos políticos, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero y la propia Unión Europea, cuya presidencia de turno ejerce España, se sumaron este jueves a la misma petición. "Podemos suponer el sufrimiento de los presos políticos cubanos y debemos exigir al régimen cubano que devuelva la libertad a presos de conciencia y respete los Derechos Humanos. Esta es una exigencia fundamental de toda la comunidad internacional", dijo Zapatero ante los presidentes de las Comisiones de Exteriores de los Parlamentos de los países miembros de la UE, al tiempo que trasladó sus "condolencias" a los "familiares y amigos" de Zapata. Por su parte, la Alta Representante de la Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, también reclamó la liberación "incondicional" de todos los presos políticos tras recordar que la UE "ha pedido en numerosas ocasiones al Gobierno cubano mejorar la situación de los Derechos Humanos en el país" que se discuten al más alto nivel de forma bilateral, algo que "sigue siendo una prioridad clave para la UE". "El Gobierno cubano, como todos los gobiernos, tiene la responsabilidad de proteger a los prisioneros que están bajo su jurisdicción", aseguró.

El Gobierno español confirmó hoy de nuevo, a través del secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, que seguirá adelante con la "reflexión" que ya ha lanzado en la UE sobre la conveniencia de eliminar la Posición Común que rige la política europea hacia la isla desde 1996 para sustituirla por un instrumento bilateral, negociado con los cubanos. Esta postura no sólo encuentra el rechazo del Partido Popular en España, también la rechazó la propia madre de Zapata, quien instó este jueves a Zapatero a "apretarle" al régimen de los Castro y le pidió que "no preste apoyo a un régimen totalitario". "No se merecen que les apoyen", lamentó. "Yo no estoy de acuerdo en que tengan relaciones con Cuba", reconoció.

Iglesia y régimen se pronuncian Por su parte, la Conferencia Episcopal cubana pidió este jueves al Gobierno de Castro que tome "las medidas necesarias" para evitar la muerte de disidentes como Zapata en condiciones que constituyen "una tragedia para todos" y que cree "condiciones de diálogo y entendimiento" que eviten "situaciones dolorosas" como esta.

La Iglesia "ha pedido y reitera su petición a las autoridades que tienen en sus manos la vida y salud de los prisioneros que se tomen las medidas adecuadas para que situaciones como estas no se repitan". Por su parte, el régimen, a través de una nota difundida por la Embajada de Cuba en España, dejó claro que "en todos los lugares" en los que estuvo preso Zapata "se le realizaron estudios clínicos y se le prestó toda la asistencia médica necesaria". El Gobierno de Castro explicó que Zapata fue condenado inicialmente a tres años en 2004 por delitos de "desorden público, desacato y resistencia", aunque dado que "en la cárcel cometió delitos", se le aumentó la pena hasta los 25 años. "Luego, se le llevó a los nuestros mejores hospitales. Murió, lo lamentamos mucho", explica en la nota, la primera aclaración oficial de los hechos del Gobierno cubano en la que, en todo caso, precisa que Zapata "no forma parte de los mercenarios que fueron juzgados en marzo del 2003", es decir, que no forma parte del grupo de 75 disidentes, intelectuales y periodistas detenidos en la Primavera Negra. "Su historial delictivo es el de un delincuente común", concluyó.

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