Rechazo unánime al deseo del Museo del Prado de recuperar el «Guernica»
Pilar Citoler, cinco ex directores del CARS y dos del Prado, más destacados hispanistas reflexionan para ABC sobre este asunto
Fue con Jordi Solé Tura como ministro de Cultura cuando se trasladó el «Guernica» desde el Casón del Buen Retiro hasta el Reina Sofía en 1992. Fue con otra ministra de Cultura socialista, Carmen Alborch, cuando se aprobó en 1995 el Decreto que fijaba 1881 ( ... fecha del nacimiento de Picasso) como línea divisoria de las colecciones del Prado y el Reina Sofía. Con Ángeles González-Sinde también en un Gobierno socialista ha surgido la posibilidad de que ambos proyectos se fueran al traste, de seguir adelante el proyecto del Prado de recuperar el «Guernica», como informaba ayer ABC. Algo que parece bastante improbable. Un ex ministro socialista, Carlos Solchaga, actual vicepresidente del Patronato del Reina Sofía, podría haber conocido hace días los planes de Miguel Zugaza, según ha podido saber ABC. Pero el debate de fondo va más allá del traslado del cuadro de Picasso: pasaría por hacer del Prado una marca, a semejanza de la Tate, que fagocitara el Reina Sofía, quedando éste como una kunsthalle centrada en el arte más nuevo y radical.
Los primeros en coger el toro por los cuernos son cinco ex directores del Reina Sofía, que, por unanimidad, rechazan la salida del «Guernica» del museo. Tomás Llorens (director de 1998 a 1990) cree que es «un atentado. Sacar esta obra del Reina Sofía sería destruir todo su significado histórico. Sería un disparate monumental, una falta de sentido común increíble. Espero que no se materialice». En cuanto a si cree que el Prado trata de fagocitar al Reina Sofía, responde que «o bien se trabaja seriamente como intérprete de la Historia del Arte o se entra en un circo para atraer visitantes. Si se escoge esto último, se tiene poco futuro, porque el espectáculo ya lo hacen otros... y mejor. Es inmoral, contrario a nuestra deontología». ¿Cree que es lo que está haciendo el Prado? «Hasta ahora no, pero tiene tentaciones de ello. A personas próximas a Zugaza le gustaría hacerlo. Es una fantasía patológica. Puestos a utilizar el «Guernica» como emblema para atraer público, ¿por qué no llevarlo al País Vasco o que vuelva al MoMA? Y, si es sólo una reflexión, me parece estúpida».
María Corral (directora de 1990 a 1994 y actual patrona del CARS) subraya que «el «Guernica» es fundamental en el Reina Sofía, la obra que da sentido a la colección del museo, pues la vertebra desde los años 20 hasta la actualidad y lo seguirá haciendo en el futuro. El «Guernica» no pinta nada en el Prado. Es como si pedimos «Las Meninas» para el Reina Sofía. Tampoco pintaría nada».
José Guirao (director de 1994 a 2000 y actual patrono del Prado) afirma que en el Patronato del Prado no se ha hablado del asunto: «Sólo sé lo publicado por ABC». Sobre una hipotética salida del «Guernica» del Reina Sofía, comenta dos cuestiones. Por un lado, dice, «el Informe Sedano sigue en vigor, mientras los técnicos no digan lo contrario. Es un informe excelente, refrendado por la comunidad científica internacional. Y, aunque hipotéticamente pudiese salir porque estuviese en buen estado, exigiría una reordenación total. Este cuadro es símbolo y cabeza de una colección pública, la del Reina Sofía. No es el mismo museo con o sin el «Guernica». Si se piensa en hacerlo, que no me consta, habría que abrir un debate que implicara, primero, a los Patronatos de los dos museos, pero trascendería a ellos, porque supondría un cambio de diseño y de naturaleza de ambos museos. Habría que implicar al Ministerio, pieza fundamental. antes de abrir el debate. No creo que sea el momento de plantearlo. Pero si se hiciera, que sea abiertamente, con una propuesta pública sobre la mesa. Si mueves una pieza, mueves todo el sistema: la colección del Reina Sofía está hecha alrededor de Picasso, Miró, Dalí y Julio González, en torno a los años 20 y 30. Y no puedes descabezar a Picasso».
Para Juan Manuel Bonet (director de 2000 a 2004), «estos temas están zanjados por el Decreto de división entre los dos museos. Pretender arrebatarle al Reina la joya de la Corona revela excesiva voracidad. El tema del «Guernica» es innegociable. El Reina es el Prado del siglo XX, y el discurso histórico del Reina no es concebible sin el «Guernica». No encuentro válido el habitual recurso, por parte del Prado, cuando quiere justificar sus incursiones en el siglo XX, al ejemplo del Metropolitan. Los museos norteamericanos son otro mundo, y el Metropolitan es también un museo del siglo XX, que por lo tanto puede y debe competir con el MoMA, el Guggenheim o el Whitney. Aquí no, aquí Prado y Reina son dos instrumentos de un mismo Estado, que fija las reglas del juego. No es nueva la voluntad del director del Prado de anexionarse el siglo XX. Un primer intento fue el proyecto de exposición Barceló. Luego se quiso poner en cuestión la frontera entre el XIX y el XX, y repescar a artistas que le tocan al Reina. Ahí están las muestras de Twombly y Bacon».
Ana Martínez de Aguilar (directora de 2004 a 2007) comenta que siempre ha pensado que el «Guernica» es «un cuadro identitario del Reina Sofía y además sus condiciones técnicas hacen muy arriesgado su traslado. Dicho esto, hay que tener en cuenta los acuerdos políticos de división y ordenación de las colecciones, aún vigentes. Cierto que son de conveniencia -es decir no son científicos- y tienen el fin de poner orden. Pusieron 1881, año del nacimiento de Picasso, como límite entre las dos colecciones y establecieron las excepciones. Antes no existía el CARS y ahora sí. La vida provoca cambios y muchas de las instituciones que van naciendo son beneficiosas. El cambio de siglo que hemos vivido es proclive a las revisiones y tal vez haya duplicidades que debamos reparar, pero lo complicado es poner todo patas arriba. Todo debe hacerse con sentido y reflexión».
La presidenta del Patronato del Reina Sofía, Pilar Citoler, confiesa que se quedó «estupefacta» al conocer la noticia por lo publicado en ABC: «Como ideas se pueden tener muchas, pero es muy clara la posición del Reina Sofía sobre el «Guernica», avalada por el informe técnico del 98. Confirmo que el cuadro tiene una debilidad extraordinaria. Nos avalan razones poderosísimas. Como ha dicho el director del museo, el tema no es negociable ni discutible. Es una idea bastante peligrosa y vamos a hacer frente. Creo en lo que defiendo».
Dejamos a un lado el Reina Sofía y vamos al Prado. Hablan dos ex directores, Fernando Checa y Felipe Garín. Éste último recuerda que asumió en 1992, como director del Prado y como conservador, junto al entonces ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, el traslado del «Guernica» al Reina Sofía: «Fue impecable y pensaba que sería definitivo». Por su parte, Fernando Checa cree que «es absurdo» pedir el «Guernica»: «Está perfectamente donde está. Lo que debe hacer el Prado es pensar seriamente qué hacer con su colección permanente en todos sus edificios y dejar de hacer extrañas sugerencias. Había un proyecto, aprobado en 1997, para la reconstrucción del Salón de Reinos y la integración de una serie de pintura del XVII. Pero hay más soluciones para el antiguo Museo del Ejército, como llevar allí la pintura del XIX».
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