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El pesimismo y el pánico al paro se instalan entre los españoles

El pesimismo de la sociedad española ante la situación política y económica, la presente y la futura, se agrava por meses en sentido inverso al optimismo que proclama el presidente del Gobierno. Según último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, el correspondiente a diciembre, tres cuartas partes de los ciudadanos consultados consideran malo o muy malo el momento económico y la mayoría teme que el próximo año todo siga igual o peor. Además, se instala en el conjunto de la ciudadanía la angustia ante el paro: para el 79 por ciento es el principal problema que existe en España. Es el peor dato de la última década.

El pánico de los españoles ante la recesión económica queda reflejado en esa clasificación de los problemas nacionales. En primer lugar figura el paro, como desde que empezó la crisis, incluso antes de que el Gobierno admitiera que existía. Pero en este último mes del año, además de destacarse el desempleo, figura en segundo puesto, para un 47 por ciento de los encuestados, la respuesta de «los problemas de índole económica». Otra diferencia con respecto a los últimos meses es el hecho de la diferencia entre las preocupaciones económicas y el resto de los asuntos. Queda ahora en tercer lugar «la clase política», pero sólo es citada por el 13,6 por 5 ciento de los preguntados. Le siguen en la tabla el terrorismo y la inmigración, con unas décimas por encima del 12 por ciento.

Cuestiones secundarias

El resto de los grandes problemas nacionales que hasta hace pocos meses parecían fundamentales y preocupaban a buena parte de la población se han hundido en la citada calificación con porcentajes de cita entre los encuestados que están alrededor o por debajo del diez por ciento. Es el caso de cuestiones como la inseguridad ciudadana, la educación o la vivienda.

La corrupción y el fraude, que en noviembre se habían colocado entre las principales preocupaciones de los sondeados por el CIS, baja hasta los últimos puestos y sólo son nombrados por el 3,9 por ciento.

Los españoles son inmunes al empeño del Gobierno, con su presidente en cabeza, de inyectar optimismo a la opinión pública con los mensajes de que «hemos tocado fondo», «lo peor ha pasado», o incluso con la teoría de que es inminente la recuperación. Ni el 3 por ciento (exactamente un 2,8 por ciento) considera buena la situación económica. Para el 72,6 es mala o muy mala. Además, roza el 70 por ciento el porcentaje de los consultados que se temen que el próximo año todo siga igual (42,7 por ciento) o peor (26,6 por ciento).

La opinión de los ciudadanos sobre la situación política es casi igual de mala: el 65 por ciento tiene una opinión negativa frente a un 6 por ciento que califica de bueno el momento. Casi una tercera parte (31,8 por ciento) se decanta por responder «regular». También en este apartado predomina el pesimismo sobre las perspectivas para el próximo año. La inmensa mayoría espera que todo vaya igual (58,4 por ciento) o incluso peor (19,3 por ciento) frente a un porcentaje de optimistas que se limita al 8,8 por ciento de los consultados.

Mayoría de católicos

Se mantiene la constante de este tipo de barómetros del CIS del contraste entre el anticlericalismo o «laicismo» oficial del Gobierno de Zapatero y las convicciones que manifiestan los españoles. A la pregunta sobre definición en materia religiosa, tres cuartas partes (un 75,4 por ciento) se declara católico, un 14 por ciento «no creyente», un 6.6 por ciento «ateo» y 1,8 por ciento seguidor de «otra religión».

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