Consternación en Suecia por el cierre Saab
La noticia servida por General Motors en comunicado de prensa del cierre «ordenado y responsable» de todas las operaciones de Saab, ha caído como una bomba en Suecia. Unos minutos después, la ministra sueca de Energía Maud Olofsson, dijo que «esta es una decisión muy ... triste para Suecia y para todos los empleados que llega en el peor de los momentos».
Olofsson comunicó asimismo que ha convocado una reunión de urgencia con el Servicio de Empleo, con representantes de la industria y con personalidades competentes del ramo, para encontrar soluciones para los empleados y la forma de aprovechar su experiencia en un futuro próximo. Hasta el último minuto se pensó que el Gobierno sueco ayudaría a salvar la existencia de esta compañía, dotada de tecnología punta, que fue con Volvo una de las joyas de la Corona.
Y nadie entiende que General Motors haya dado la puntilla sin ofrecer soluciones constructivas a una de las fábricas de coches mejores del mundo. Se pensaba que si fallaban los esfuerzos de venta a Spyker, último interesado en la compra de Saab, el Gobierno sueco procuraría los fondos necesarios para la supervivencia de este grupo automovilístico. Sin embargo el pasado lunes, al cabo de una reunión en Trollhättan sede sueca de SAAB, la ministra anunció que «el Ejecutivo no disponía de la cantidad necesaria para llevar a cabo esta adquisición». El cierre de Saab afecta a 8.000 puestos de trabajo y alrededor de 3.500 subcontratistas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete