En las Casas del Tratado de Tordesillas parece que se instaló el teatro, antigua corrala, más antiguo de la región, pero a día de hoy y tras sucesivas restauraciones, no quedan más que unos muros que pudieron albergar la sede de este espacio escénico. Mejor fortuna le correspondió al Corral de Comedias de Zamora, que en 1606 se levantó sobre el convento de Santa Paula, ofreciéndose desde esa fecha representaciones teatrales de manera interrumpida, con los paréntesis provocados por algunas reformas o la construcción del actual recinto durante el reinado de Felipe IV. En esta época el teatro se remodeló (la planta rectangular se transformó en elíptica a imitación de los teatros a la italiana), aunque sin variar la localización del escenario del Principal, situada ahora al igual que cuatro siglos atrás en la zamorana calle de San Vicente.

La historia también data la existencia de tres corrales de comedias más, uno en Burgos, sobre el que Ignacio Miguel Gallo publicó un documentado estudio hace algunos años, y los dos corrales de comedias de Valladolid, el primero levantado en el siglo XVI, junto a la puerta de San Esteban, que fue remplazado por el edificado en el patio del Hospicio de San José entre las calles San Lorenzo y la plaza de Martín Monsó. Este espacio se transformó en teatro en el XVIII, cubriéndose y evolucionando la estructura rectangular hacia la convencional forma de herradura, respetándose el lugar reservado a la representación.

Sin embargo la eclosión de edificios teatrales en las provincias que hoy componen la Comunidad de Castilla y León se produce en el siglo XIX, donde las artes escénicas viven su época dorada con un público que sigue masivamente los espectáculos de repertorio que ofrecen las compañías que se organizan en el capital de España. Esta afición por el teatro, la música y los espectáculos líricos provoca la construcción de casi una decena de teatros, todos con una estructura a la italiana: escenario rectangular, sala con forma de herradura, telas en rojo, palcos dorados y bonitos motivos pintados sobre los telones de boca o en las telas de los techos. En el XIX se levantan el Principal de Palencia y el de Medina de Rioseco, posiblemente sobre otro del XVI, el Latorre en Toro, el Calderón en Peñaranda de Bracamonte, los tres recintos de Valladolid (Calderón, Lope de Vega y Zorrilla) y el Liceo de Sequeros, un teatro que hoy permanece sin recuperar. Al estilo decimonónico se construyeron 84 teatros más en la primera mitad del siglo XX.