Palmerales, lagos artificiales, un centenar de estatuas, acuarios, un anfiteatro de mármol y una enorme casa de 2.600 metros cuadrados (construidos) ante las playas de Cerdeña... podría ser la próxima residencia veraniega -en pleno corazón del Mediterráneo- del jeque Jalifa bin Zayed bin Sultan al-Nahayan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos y emir de Dubai.

La más que probable compra de esta villa de ensueño, de verdadero «lujo asiático», no tendría mayor relevancia si no fuera porque el nuevo «antojo» de una de las veinte familias más ricas y poderosas del mundo pertenece a Silvio Berlusconi.

Villa Certosa es la joya de la familia Berlusconi. El presidente del Consejo italiano ha dedicado a esta casa «de película» grandes esfuerzos, como él mismo confesaba este pasado verano cuando se publicaron las primeras imágenes «robadas» por los paparazzi en el interior de la mansión. Esas instantáneas mostraban a algunos invitados del «Cavaliere» disfrutando vestidos de Adán del relax que ofrece la casa. Y de algo más...

Por aquel entonces un afligido Berlusconi decía que le daba penar ver cómo los fotógrafos habían «violado Villa Certosa, es como si hubieran entrado los ladrones».

Las chicas guapas

Este sonado episodio, precedido por otras imágenes «más inocentes», que le retrataban paseando de la mano con un par de chicas guapas, han llevado al «Cavaliere» a plantearse la venta de la casa que compró a finales de los años 80. La actual villa es obra del propio «Cavaliere», que fue adquiriendo los terrenos adyacentes. Él mismo proyectó el lago de dos hectáreas, rodeado de 1.200 palmeras; el invernadero de 900 metros cuadrados, y el huerto «homeopático» con más de doscientas clases de plantas aromáticas y curativas. Suya fue la idea de colocar un centenar de esculturas por el vasto parque, de 75 hectáreas, que rodea la mansión.

Berlusconi, que a pesar del diluvio político que le está cayendo estos días asegura que «no dimitiré», pide por esta Villa Certosa, su niña bonita, nada menos que 450 millones de euros. Pero esa nada despreciable cantidad no asusta a la familia Al-Nahayan, cuyo patrimonio estimado ronda los 23.000 millones de dólares, según la lista Forbes.

El propio emir de Dubai se encuentra en el tercer puesto de los gobernantes más ricos del mundo, con 13.000 millones de dólares. Algo así como 10.000 millones de euros... Ni que decir tiene que la fortuna de esta familia árabe proviene, sobre todo, del oro negro. En cualquier caso, la dinastía Al-Nahayan se ha podido permitir hasta ahora todos sus caprichos, como comprar el equipo de fútbol Manchester City. ¿Por qué no Villa Certosa?

El agente inmobiliario Claudio Giuntoli, amigo personal de Berlusconi desde hace 35 años, como explicó él mismo ayer a ABC, sería el encargado de tramitar la venta de la villa. Aunque Giuntoli apenas dijo: «Ni lo confirmo, ni lo desmiento». Pero, eso sí, expresó su pesar de que «Berlusconi abandone Porto Rotondo», el enclave en que se halla la mansión, en la costa noreste de Cerdeña. «Lo sentiría desde un punto de vista personal, porque somos amigos, pero también desde un punto de vista laboral, porque si él se va, el precio de las casas disminuirá en la zona. A Berlusconi la gente le quiere, y quieren estar a su lado», contó a este diario.

Hoy, en Abu Dhabi

Según la prensa italiana la venta se ultimará hoy, durante la visita de estado de Silvio Berlusconi a Dubai. «Sí, es lo único que puedo confirmar, Berlusconi se encontrará el jueves con el jeque», corroboró el agente inmobiliario. La venta de Villa Certosa será dura para el «Cavaliere», que se preparaba para prescindir de su mansión el pasado verano, cuando cambió su lugar de vacaciones por los Abruzos, la región devastada por un terremoto el pasado abril.