Zapatero, el libertador

La osadía y la petulancia son dos rasgos que ayudan notablemente a explicar la supervivencia política de Zapatero. Como las desplegadas ayer para arrogarse la liberación del «Alakrana» y felicitarse a sí mismo y a su Gobierno por la brillante gestión del secuestro. Y es que hay que ser osado en extremo para felicitar a los servidores públicos, al CNI, a las FF.AA., a la vicepresidenta, a Chacón, a Espinosa y a Moratinos... por haber accedido escrupulosamente al chantaje. Y petulante sin límites para acaparar el protagonismo absoluto de tan evidente claudicación ante los piratas.

«El Alakrana navega libremente gracias al esfuerzo de mucha gente y a la cooperación de todos» insistió el líder libertador tras las calurosas felicitaciones a su equipo de negociadores. Aparentemente ajeno al hecho de que toda la opinión pública, desde el más informado hasta el más despistado de los españoles, sabe perfectamente que el «Alakrana» navega libremente gracias a los millones de euros entregados a los piratas y gracias a los apaños de la Fiscalía y de la Audiencia para con los delincuentes. Lo que nos falta por saber es la magnitud exacta de esos millones y de esos apaños. A cuánto asciende «el esfuerzo de todos» o qué parte de nuestros impuestos ha sido utilizada en el rescate y qué parte correrá a cargo del armador. Y nos falta por saber a cuánto asciende el apaño judicial. ¿A la increíble retirada del cargo de asociación ilícita por parte de la Fiscalía? ¿Al inaudito juicio express y ad hoc jamás visto en la Audiencia Nacional? ¿A algo más que está por llegar? La Armada perseguiría a los piratas tras la liberación, auguraron los más optimistas. Pues les ha faltado comparecer en La Moncloa para felicitarse igualmente por la brillante liberación. Supongo que por la distancia. Menos mal que su abogado pudo hacerlo ayer por ellos.