El virus se llama miedo
ARCHIVO Un hombre se coloca una mascarillas delante de una mesa surtida de material preventivo
Martes, 27-10-09
POR RAFAEL A. AGUILAR
CÓRDOBA. El hermetismo que la Consejería de Salud impone en todas las comunicaciones públicas relacionadas con la gripe A está lanzando en ocasiones un mensaje contradictorio a la población, porque mientras que la autoridad sanitaria apela a la tranquilidad de los ciudadanos se producen las primeras muertes a consecuencia del virus. Y a la gente acaba por resultarle más convincente un féretro que la palabra de un político.
Prueba del pánico que siente la Administración autonómica a que el miedo al H1N1 cale en la calle es que ha dado orden expresa a los médicos para que no hablen con los periodistas sobre el virus, de forma que toda la información se canalice a través de los portavoces oficiales de la Consejería de Salud. En el Hospital Reina Sofía se ha alcanzado un grado sumo en esta suerte de mordaza a los facultativos, puesto que la Dirección-Gerencia ha llegado a repartir pasquines advirtiendo al personal de que está prohibido hacer declaraciones a la Prensa sobre la gripe A. Los pacientes también padecen en ocasiones esta especie de censura, pues no pocos comienzan a quejarse de que es muy difusa la información que reciben de los propios doctores sobre las posibilidades de que estén contagiados. «El médico llegó a decirme hace unas semanas que aunque estuviera infectada no me lo iba a comunicar», declara una joven que acudió a finales de septiembre a Urgencias con la sospecha de tener la enfermedad.
Si bien los centros de salud ni los hospitales no se están viendo desbordados, por el momento, a causa de la gripe A, sí se dan desde hace semanas situaciones tensas por el temor que algunos profesionales exteriorizan cuando tienen delante a alguien con síntomas de estar afectado. «Una empleada de mi centro de salud llegó a reñirme por haber estado más de media hora en la sala de espera con el resto de los pacientes a pesar de que ya me habían diagnosticado la gripe A», indica un ciudadano que se recupera sin problemas del H1N1. «Me reprochó que si no comprendía que así podía contagiar a los demás», añade.
Entre las embarazadas -sobre todo entre las profesoras- también ha prendido la mecha del desconcierto: Salud las considera grupo de riesgo y por tanto tendrán que vacunarse a partir del 16 de noviembre, pero muchas de ellas desconfían profundamente de la vacuna, cuyos efectos secundarios están por ver.
Además, la opinión de los facultativos está dividida entre los que opinan que su administración es ventajosa para mujeres encinta y los que son del criterio contrario. Estos últimos, por supuesto, sólo expresan en voz baja.

Enviar a:

¿qué es esto?


Más noticias sobre...
Facebook ABC.es