«Golpes de estado» en el seno de ETA
Un enfrentamiento entre los máximos dirigentes de ETA estuvo a punto de pro ocar una ruptura en el seno de la banda el pasado año. La cúpula etarra se dividió en dos facciones que se expulsaron mutuamente de la organización terrorista después de intercambiarse acusaciones ... de protagonizar un "golpe de Estado".
Según documentos internos de la banda terrorista a los que ha tenido acceso la agencia Vasco Press, el conflicto no fue un choque por el control de la organización lo que condujo al borde de la fractura interna.
El conflicto enfrentó, por un lado, al "aparato político", en el que estaba Francisco Javier López Peña, alias "Zulos" y "Thierry", y por otro los "aparatos militar" y "logístico" que tenía como principal cabecilla a Garikoitz Aspiazu, "Txeroki".
La fase más aguda de la crisis se planteó a principios de 2008, pero las causas que lo generaron venían arrastrándose desde mediados de 2006.
En el seno de ETA había dos facciones enfrentadas intercambiándose reproches y haciéndose acusaciones de grueso calado. Las diferencias fueron a más a medida que pasaban los meses hasta que en enero de 2008 se aplicaron de forma unilateral medidas disciplinarias que colocaban a todos los miembros de la dirección fuera de ETA o con militancia suspendida.
A principios del año 2008, la comisión ejecutiva de ETA estaba formada por cinco personas, entre las que se encontraban López y Aspiazu. El primero tenía de su parte a otros dos miembros de la ejecutiva -entre ellos al jefe del aparato financiero- y el segundo, Txeroki, a uno solo, por lo que "Zulos" disponía de una mayoría de tres a dos en la cúpula etarra.
Un puesto en la cúpula
Esa situación, sin embargo, era relativamente nueva ya que ello se debía a que el "aparato logístico" se había quedado sin presencia en la ejecutiva después de que el 26 de julio de 2007 fuera detenido el jefe de esa rama etarra, Juan Cruz Maiza Artola, en Rodez. Maiza, además de jefe de "logística" era miembro del comité ejecutivo. La tradición de ETA señalaba que su sucesor al frente de la "logística" tenía que ocupar también la plaza en la dirección de la banda, pero López Peña y su facción bloquearon ese nombramiento y mantuvieron una ejecutiva de cinco miembros en la que ellos tenían mayoría, frente al sector representado por "Txeroki".
Esa situación molestó no sólo al sector "logístico", que se quedaba sin un puesto en la cúpula etarra, sino también al "militar" que se quedaba en minoría frente a la facción rival y que acusó a la facción de López Peña de aprovecharse en beneficio propio de la represión policial. La decisión de no reponer al representante de "logística" en el comité ejecutivo fue calificado de "golpe de Estado" por los críticos.
Otro de los motivos de conflicto entre los dos bandos fue la pugna por hacerse con el control de la oficina de falsificación de documentos que tradicionalmente había dependido de logística, pero que hacía algún tiempo estaba controlada por el "aparato político". Los críticos con López Peña acusaron a este aparato de ser ineficaz y no estar a la altura de lo que necesita la organización. En 2008 intentaron que esa estructura volviera de nuevo al área logística, pero los "políticos" no lo permitieron.
Los críticos afirmaban que quienes sabían cómo hacer funcionar a "Fal" (abreviatura utilizada en el seno de la banda para referirse a la estructura de falsificación) estaban en el aparato logístico y que quienes estaban en "Fal", empezando por el propio López Peña que había sido coordinador de esa estructura, no tenían ni idea de lo que se traían entre manos.
La facción de "Txeroki", además, acusó a "Zulos" de mal funcionamiento del "aparato de información" que López Peña controlaba personalmente y que se encarga de recoge datos para realizar atentados. A López Peña le reprocharon la ineficiencia del "aparato de información" que era incapaz de proporcionar datos de objetivos y que obligaba a lo comandos a tener que buscar ellos mismos los datos necesarios con lo que eso supone de pérdida de tiempo y de esfuerzo.
Los responsables del "aparato político" fueron acusados también de no haber sabido marcar la línea que tenía que desarrollar la izquierda abertzale y de no haber seguido los acuerdos adoptados por la dirección de ETA. En concreto, se le reprochó haber acudido a las conversaciones con el Gobierno español y haber defendido sus puntos de vista particulares y no los que había acordado la cúpula etarra.
Miles de euros perdidos en inversiones
La gestión del dinero fue otro de los factores sobre los que giró el conflicto desatado en el seno de ETA ya que la organización terrorista había perdido miles de euros como consecuencia de una operación de compra de dólares que habían realizado con propósitos especulativos.
Los aparatos "logístico" y "militar" aprovecharon la circunstancia par criticar al responsable de las finanzas, un miembro de la dirección de ETA afín a López Peña acusándole de las estrecheces económicas que habían tenido que pasar.
Este conjunto de conflictos dio lugar a que, en enero de 2008, los representantes de los aparatos militar y logístico elaboraran un documento en el que se acusaba a la mayoría de la ejecutiva de haber impuesto en el seno de la banda una política autoritaria que había acabado con la capacidad de autocrítica y que atemorizaba a muchos miembros de la organización terrorista que no se atrevían a discrepar de sus jefes. Les acusaban de imponer la censura interna y hasta de mentir en los comunicados públicos.
Los críticos acordaron suspender en sus funciones a López Peña y a los otros dos miembros de la ejecutiva que le respaldaban, mientras que la mayoría decidió, por su parte, suspender de militancia a los otros dos, incluido Txeroki, acusándolos de haber roto las normas de seguridad, de no respetar a los órganos directivos de la banda y de no aceptar la celebración del proceso asambleario en el que estaban inmersos.
Las dos facciones se acusaron mutuamente de golpistas, de provocar l escisión y de generar una guerra interna.
La mayoría recordó entonces el conflicto que se había registrado en 2004 en el seno del aparato militar provocada por Garikoitz spiazu, Txeroki, mediante un escrito en el que cuestionaba a los anteriores jefes de esa estructura y a otros dirigentes de la banda. López y los suyos recordaban que, cuatro años más tarde, volvía la crisis al seno de ETA provocada por las mismas personas.
En plena crisis, el 20 de mayo se produjo una operación policial que desmanteló a la cabeza del "aparato político" debido a la captura en Burdeos e López Peña y otros tres miembros de esta estructura. Fue un duro golpe a la organización terrorista, pero que tuvo el efecto paradójico de echar agua sobre el incendio que había en el seno de la banda y que no había trascendido al exterior. Su principal opositor, Garikoitz Aspiazu, fue capturado en el mes de noviembre.
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