Domingo, 13-09-09
TEXTO: ARISTÓTELES MORENO
FOTOS: RAFA ALCAIDE
CÓRDOBA. Lo mismo recorre el litoral andaluz mochila al hombro que hace historia tumbando la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Así es este abogado hiperactivo, que ha revolucionado el mundo de los bufetes en Córdoba, miembro de una larga estirpe de conquistadores, fundador del Colegio Británico, viajero vocacional y amante empedernido de riscos y barrancos.
-Se diría que esconde su segundo apellido.
-No lo uso y ya está. La marca comercial ya es suficientemente larga.
-Pero Fernández de Córdoba es un apellido muy conocido.
-Sí, pero no quiero ganar batallas. Al menos, por lo militar.
Como se ve, exhibe un saludable sentido del humor este descendiente de familia de abolengo, que llegó a Córdoba en 1235 junto a las huestes de Fernando III, y entre cuyos miembros hay al menos cuatro alcaldes y un buen puñado de personajes ilustres, Ramírez de Arellano y el fundador de Círculo de la Amistad incluidos. Mariano Aguayo (Córdoba, 1964), con todo, no parece haber caído en la tentación de mecerse en las mieles del linaje y ha tenido la ocurrencia de construirse su propia biografía.
Ya en la Facultad de Derecho se metió en unos cuantos charcos. Por ejemplo, fundó la rama joven de Manos Unidas y compró cinco vacas para suministrar leche a no se sabe cuántos poblados de la India, en un episodio que levantó cierta polvareda mediática.
-Por lo que se ve, se distraía bastante.
-Digamos que hacía de todo.
-¿Y su padre no se lo afeaba?
-Mi padre es un fenómeno. Si no fuera por él no habría terminado la carrera.
-Según parece, la escritura y la pintura no le sedujeron lo suficiente.
-La escritura me divierte mucho y la pintura me encanta, pero no estoy dotado para ella. Yo soy muy fan de mi padre y él muy fan mío.
Su primer trabajo fue bajo la tutela de Rafael Mir, uno de los mejores abogados de Córdoba, pero en pocos meses comprendió que lo suyo era navegar en solitario. Así que agarró 17.000 pesetas, se compró un escritorio y montó su propio despacho, ante el estupor familiar. Lo que vino después fue un crecimiento lento y sostenido hasta convertirse en uno de los diez despachos más solventes de Andalucía y haber metido la cabeza en media docena de los casos más sonoros de la abogacía contemporánea, como la defensa de las gasolineras ante los colosos petroleros o el espectacular episodio de Endesa.
Lo cierto es que hoy en día dirige un equipo de 20 profesionales de alto nivel, cuenta con dos sedes de impecable factura, una de ellas en Madrid, y maneja con soltura el insondable universo de las nuevas tecnologías. En su imponente despacho de la Avenida de El Brillante nada hay que evoque el viejo diseño de bufete tradicional. Colores claros, orden y una innovadora sala de videoconferencias. Mariano Aguayo protagonizó algunos de los fichajes más publicitados del gremio, como la contratación del abogado jefe del Estado en Córdoba o la del juez Castillo, el primer magistrado que se muda a la abogacía en más de tres siglos.
-Parece usted el Florentino Pérez de la abogacía.
- A la gente le apetece estar con profesionales de nivel. Se han venido por el equipo.
-Y por la pasta, se supone.
-Aquí trabajamos muy duro e intentamos que merezca la pena.
-¿Cómo se ficha a un juez?
-A José Ángel Castillo lo tuvimos que convencer de que esto era una faceta absolutamente intelectual, absolutamente nueva. Le abrimos el mundo, la cabeza.
-¿Se ve como un abogado estrella?
-Para nada. Todos los que me conocen saben que no.
-¿Es usted un abogado de ricos?
-(silencio). Vamos a ver.
-No se ponga tan serio.
-No soy de ricos sino de casos que tienen un recorrido económico que merece la pena una dedicación muy importante por parte de un equipo importante. No soy un abogado de personas, sino de casos. Eso de ricos y pobres es un concepto del pasado.
-¿Qué hay que tener para colocar una firma en el «top ten»?
-Hay que ilusionar a mucha gente para que esté en el proyecto. Un despacho son sobre todo recursos humanos.
-¿Es más David o más Goliat?
-Absolutamente David. Somos los niños malos de todos los problemas gordos. Teniendo grandes contrarios puedes tener un buen asunto.
-¿Qué sentencia le ha hecho más feliz?
-Quizá el caso Repsol y Cepsa fue el que abrió la contratación en España de las estaciones de servicio.
-¿A quien le gustaría doblarle el brazo?
-Es que somos muy positivos: yo no quiero doblarle el brazo a nadie. Me gustan mucho los acuerdos. Somos muy negociadores.
-¿A río revuelto ganancia de abogados?
-La crisis no beneficia a nadie. Tú vives de que tus clientes generen riqueza.
-Está usted en la pomada, ¿no?
-Para nada. Sí es un privilegio relacionarte con gente que está muy informada.
-¿Y qué hay ahí dentro?
-A día de hoy drama.
-¿Cómo respira Córdoba?
-Nos quejamos más de lo que debemos. Perdimos la oportunidad del AVE, cuando nos puso en el mapa de España. Córdoba es una ciudad que ha perdido muchas oportunidades.
-¿Quién tiene la culpa de todo esto?
-Como las ciudades son inimputables, yo entiendo que las personas, los cordobeses, que son gente maravillosa para las relaciones personales, pero a quienes les falta una punta de iniciativa.
-Usted es poco cordobés, por tanto.
-Yo soy muy ambicioso.
-¿Y por qué tiene tan mala prensa la ambición?
-Quizás porque los que critican no han llegado.
-¿Siente la envidia detrás de su cogote?
-No. La gente es cariñosa con nosotros.
-¿Sabe quién manda en Córdoba?
-Es una ciudad complicada. Pero parece que están cambiando los vectores.
-¿Nos traicionan los genes?
-El gran salto adelante de una persona es asumir que el único responsable de su vida es él. Eres el responsable de su destino. Córdoba es la responsable de su destino.
-¿Me dice un remedio contra el estrés?
-Confianza en lo que haces.
-¿Usted padece estrés?
-Ninguno.
-¿Y los que trabajan con usted?
-En la medida en que no delegan, sí. Tú tienes que hacer sólo lo que puedes hacer.
-¿Le gusta mandar?
-Me gusta que me hagan caso.

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