A los «pies» del mirador del Peñón se observa la gran montaña de arena con la que se está rellenando el fondo marino | VITO RUIZ
Nuevos incidentes con patrullareras de la Guardia Civil
Los conflictos entre las Fuerzas de Seguridad y la Armada españolas con la Policía gibraltareña se vienen produciendo desde hace tiempo si bien en los últimos meses parecen más recurrentes. Las fuerzas políticas del Campo de Gibraltar afirman que últimamente se han registrado hasta tres incidentes, en dos de los cuales estaban envueltas patrulleras de la Guardia Civil. En uno de los casos la embarcación del Instituto Armado había interceptado una lancha sospechosa cuando efectivos británicos acudieron al lugar y desautorizaron a los agentes españoles para permitir que la embarcación prosiguiera su curso.
Muchas han sido las críticas al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por su reciente visita a Gibraltar. Una reunión donde se obvió el asunto capital de la soberanía española y que el PP tildó como un paso atrás en la postura firme que ha mantenido el país durante los últimos tres siglos. Pero en la agenda ministerial tampoco se incluyó otra cuestión de extrema gravedad que se ha revelado como un nuevo ejemplo de la actitud provocadora del ministro principal de la Roca, Peter Caruana, quien continúa amparando y dando cobertura a una macro-urbanización de lujo a costa de ganar terreno al mar invadiendo aguas españolas.
La tímida protesta del Gobierno cuando a principios de año ABC destapó este conflicto no sólo no detuvieron a Caruana, sino que ha continuado con sus planes de expansión ilegal rellenando el fondo marinos de la cara Este del istmo con arena procedente de canteras andaluzas.
El diputado nacional del PP José Ignacio Landaluce confirmó que el trasiego de camiones cargados con arena es continuo, aunque la crisis económica también ha hecho mella en una zona considerada por organismos internacionales como uno de los mayores puntos de blanqueo de capitales del mundo, y su número se ha reducido.
Este periódico fue testigo a mediados de semana de cómo los vehículos continuaban con sus tareas de transporte mientras las excavadoras amontonaban su mercancía en una gigantesca duna cuyas dimensiones permite verla desde numerosos puntos del peñón. Landaluce estimó que la altura de la misma, como mínimo, supera la de un edificio de cinco plantas. «Es como si a Gibraltar le hubiera salido una joroba», describió gráficamente.
2.200 viviendas para 2014
Esta arena es la que se está utilizando para ganar terreno al mar y obtener la superficie suficiente para poder llevar a cabo el macro-complejo urbanístico, diseñado por el arquitecto Norman Foster y que proyecta unas 2.200 viviendas de lujo y otros equipamientos bajo el nombre de «Sovereign Bay».
El plazo de conclusión de las obras está estipulado en 2014 y también incluyen la construcción de un puerto deportivo con 500 atraques y al menos dos hoteles de cinco estrellas.
La superficie necesaria inicialmente para ejecutar el proyecto es de unas 15 hectáreas y el gobierno gibraltareño está decidido a conseguirlas a costa de ocupar aguas territoriales españolas y librar un nuevo pulso diplomático al que el Ejecutivo español aún no ha comparecido.
La costa Este del Peñón ya evidencia las consecuencias de los continuos vertidos que se han producido en los últimos meses. Desde el mirador ubicado en el «techo» de la Roca se aprecia una franja oscura en ese punto del litoral consecuencia de los áridos depositados.
El político popular recordó que, según el tratado de Utrech sobre la soberanía de Gibraltar, a Inglaterra únicamente se le cedía el puerto, las aguas interiores, el castillo y las defensas. Ahora hay un aeropuerto en crecimiento, campos de fútbol, bloques de 20 pisos de altura y dos pequeñas playas, entre otros lugares y elementos. «Este espacio se podría reclamar. La expansión comenzó cuando se desató una grave epidemia y pidieron permiso a España para poder construir barracones de madera para los enfermos. Estas construcciones pasaron a ser de cemento y finalmente se quedaron en el lugar», explicó Landaluce.
Pero la invasión gibraltareña tuvo su punto de partida décadas atrás en la costa Oeste del istmo y continúa en la actualidad con la ampliación del puerto. En esta zona se ha edificado, por ejemplo, un casino, un hospital militar o un gran gimnasio. Aunque el principal punto de conflicto en este lugar también es la ocupación de aguas españolas por la expansión del recinto portuario, que en el futuro podrá acoger a grandes cruceros como el Queen Elisabeth II, el más grande del mundo.
Política errática
El diputado del PP censuró que el Gobierno que preside Rodríguez Zapatero no vele por los intereses de los residentes en el Campo de Gibraltar y no pida explicaciones a Caruana sobre este asunto. «A nuestro juicio la política diplomática ha cambiado en estos últimos cinco años y ahora se sigue una errática, permisiva, tolerante, transigente y acobardada. ¿Dónde está la euforia del Gobierno socialista tras el encuentro del Foro de Diálogo Tripartito? Ha ocurrido lo mismo que en el del día 2 de julio de 2008 en Londres, donde sólo se apuntaron evasivas y muchas sugerencias para España y los logros fueron para Gibraltar», expuso en su intervención en el Congreso para pedir la comparecencia de Moratinos.
«Ni durante la cumbre, ni posteriormente en Jerez, se abordó la recuperación de la soberanía con el ministro de Exteriores inglés. Tampoco se dejó claro que España es, según el Tratado de Utrech, la única titular de las aguas que rodean el Peñón», manifestó José Ignacio Landaluce.
Un Gobierno pasivo
Una pasividad que según el PP se vuelve a escenificar con la inoperancia en el caso de la macro-urbanización, a cuya existencia achaca un trasfondo turbio. «En la reunión tripartita se habló del problema de la fiscalidad y el blanqueo de capitales de una forma tímida y, teniendo en cuenta que Sotogrande y la Costa del Sol están a escasos minutos en coche, ¿quién va a pagar una millonada por vivir en Gibraltar si no está atraído por estos «alicientes»?, se preguntó finalmente el diputado popular.



