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Treinta años al dictado de Teodoro Obiang

El jefe de Estado de Guinea Ecuatorial celebra hoy el trigésimo aniversario del «Golpe de la Libertad» que derrocó a Francisco Macías _ Con un nuevo «traje» quiere atraer inversiones a un país que vive un auténtico «boom» económico

Treinta años al dictado de Teodoro Obiang

A Teodoro Obiang Nguema (1942, Acoacán) no le chirrían los oídos cuando se refieren a su persona como «el dictador de Guinea Ecuatorial». Se crece con ese traje tal y como demostró a la prensa española en la última visita oficial del ministro Miguel Ángel Moratinos a la ex colonia española: «Yo presumo de que soy un dictador porque el sinónimo de dictador viene de dictar las normas. ¿Qué dirigente de un país no es un dictador?», Obiang «dixit».

Son ya 30 años como para echarse a un lado, un periodo que convierte a Obiang en el segundo dictador más longevo de África tras Gadafi. Aquel 3 de agosto de 1979, el teniente coronel Teodoro Obiang, uniforme verde oliva mediante, irrumpió en escena con el denominado «Golpe de la Libertad» derrocando a Francisco Macías Nguema, sangre de su sangre, misma etnia «fang», mismo clan de Mongomo. Un guión clásico.

Pero treinta años después y en pleno «boom» económico -Guinea Ecuatorial es la tercera potencia petrolífera en África con un crecimiento económico del 11,8% en 2008- Obiang intenta ser otro Obiang... con otro traje ajustado al de un presidente de gobierno que quiere atraer inversiones y afianzar relaciones diplomáticas y económicas (la última visita del ministro Moratinos da fe del intento).

Democracia «a la guineana»

Los actos de celebración de su trigésimo aniversario en el poder son reveladores en este sentido: Obiang se ha trasladado hasta la ciudad de Evinayong -capital de la provincia ecuatoguineana de Centro Sur- para mostrar al mundo que lo suyo también es el pico y la pala, aunque sea el octavo jefe de Estado más rico del mundo (el primero de África), con una fortuna personal calculada en 471 millones de euros y justo por delante de la Reina de Inglaterra, según la revista Forbes.

«Gran parte de las celebraciones programadas consistirán en inauguraciones de las obras que se llevan a cabo allí: asfaltado de las nuevas carreteras, nuevas viviendas sociales y complejos administrativos, reforma del hospital de la ciudad y de la catedral de San José, apertura del proyecto de abastecimiento de agua potable y saneamiento que acomete la empresa coreana Hyundai...», informa la oficina de prensa del Gobierno de Guinea Ecuatorial en España.

En conversación telefónica con ABC, el ministro de Información ecuatoguineano, Jerónimo Osa Osa, reclama el momento actual como «el de más auge en la historia de nuestra nación: Somos un país de referencia en África central, el más viable de este entorno por nuestra estabilidad, una economía en auge y un desarrollo social sin precedentes. La mejor valoración de los 30 años de Gobierno de Obiang la deben hacer los que vienen a visitarnos».

El ministro Osa Osa reivindica una democracia que «ha llevado al país al desarrollo actual» y subraya que «exigirnos una democracia a la occidental es querer construir en otro planeta. El pueblo guineano está bien».

Esa democracia «a la guineana» tiene en Plácido Micó, líder del partido Convergencia para la Democracia Social, su nota disonante. Micó es el único diputado opositor en la Asamblea unicameral que cuenta con cien escaños. El gobernante Partido Democrático de Guinea Ecuatorial obtuvo en las legislativas de 2008 «el 100% de los votos en muchas de las 36 circunscripciones, y más del 90% de los sufragios en otras».

Noventa y nueve diputados contra esta voz: «En Guinea Ecuatorial la vida es muy dura para un opositor, llena de obstáculos ya que el régimen hace todo lo posible para acabar con uno: acusaciones, marginación y riesgo físico. Pero hay que sobrevivir porque es lo que nos ha tocado vivir», denuncia Micó a ABC.

El líder opositor tenía 16 años cuando Obiang derrocó a Papá Macías. Era ya maestro y se encontraba de vacaciones en Gabón. «Hubo mucha alegría y expectativas. El pueblo se mostró esperanzado. Pero rápido nos dimos cuenta de que era la misma gente de Macías».

¿Y treinta años después? «A parte del palo ahora Obiang nos ofrece también «la compra de la voluntad»», asegura Micó para explicar que los beneficios del petróleo los gestiona directamente el dictador «para consolidarse en el poder desde la más absoluta arrogancia. Los beneficios económicos no llegan al pueblo».

Uno de los azotes del régimen de Obiang desde la ex metrópoli es el español Adolfo Marugán, secretario general de la Asociación para la Solidaridad Democrática en Guinea Ecuatorial. Una figura a la que el gobierno ecuatoguineano acusa «de no tener un vínculo real con el país».

«El continuador de Macías»

Marugán describe este periodo de 30 años como un relevo natural del aterrador régimen de Macías: «Obiang es el continuador de Macías. Macías sentó el terror y Obiang lo administra». Apunta que con los beneficios del petróleo «la corrupción es evidente».

También en España, el opositor Severo Moto lidera desde 2003 un Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio para escarnio de Obiang. El líder del Partido del Progreso, que aún conserva su condición de asilado tras ser anulado por el Tribunal Supremo el acuerdo del Consejo de Ministros de 2006, fue detenido en abril de 2008 por un presunto delito de tráfico de armas que tendrían como destino Guinea. Tras cuatro meses en la cárcel y pagar una fianza de 10.000 euros salió de prisión.

Un capítulo más que alimenta la leyenda de rumores (y noticias) de golpes y complots como los que acontecieron el pasado 17 de febrero, cuando un grupo de asaltantes atacó su palacio en Malabo. Sin embargo, Obiang resiste. Y son ya treinta años.

AP

El jefe de Estado, presidente y dictador de Guinea Ecuatorial

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