Martes, 21-07-09
Es tranquilizador ver que tanto la oposición socialista en Gibraltar, dirigida por Joe Bossano, como el centro-derecha en España, el PP, tienen cierta dificultad en aceptar que un ministro de Asuntos Exteriores español haga hoy una histórica primera visita a Gibraltar.
Miguel Ángel Moratinos y Peter Caruana, en el proceso tripartito, participan en la opción menos fácil en lo que respecta al contencioso.
Sin embargo, piensen lo que quieran Caruana o Bossano, Gran Bretaña le da a España una garantía sólida, de hierro fundido, respecto al pacto de soberanía en el Tratado de Utrecht 1713. Pero esto también les asegura, a largo plazo, los intereses militares de los ingleses.
España y Reino Unido -y con el, Gibraltar-, están obligados a respetar las leyes europeas y las exigencias comunitarias. Esta obligación ha mantenido el equilibrio tanto en regular el centro financiero como en mantener la verja abierta.
La reciente sentencia del Tribunal Europeo de Justicia preservando la jurisdicción fiscal de Gibraltar confirma esto. En su apelación Madrid ha hecho referencia a Utrecht. Será para apaciguar las críticas del PP, pero también expone a España a un gran riesgo en relación a sus argumentos jurídicos. Creo que tampoco puede ser beneficioso para nadie provocar escaramuzas sobre las aguas alrededor de la Roca.
Peter Caruana ha encontrado un sitio digno para representar a los gibraltareños en el proceso de dialogo que puede ayudar a mejorar las relaciones a nivel del pueblo. También debe hacer más en la construcción de relaciones directas con los dirigentes de Campo, pero en lo que toca al futuro del contencioso, el bilateralismo esta más que muerto.
La llegada de Moratinos debería simbolizar una ruptura de la antigua doctrina española. La vista de la cumbre del Peñón explicará por qué hemos llegado donde estamos, pero no donde podemos ir.
Aunque no comparto su política de integrar mi patria con España, dadas sus credenciales democráticas, sí es un placer darle la bienvenida.
Editor del Gibraltar
Chronicle

