Daniel, un joven trabajador aficionado a los encierros
Asombro y dolor en el barrio alcalaíno donde vivía el joven muerto en el día de hoy
El asombro y la consternación se mezclaban a partes iguales hoy entre los vecinos de la calle Pablo Coronel de Alcalá de Henares, donde residía el joven Daniel Jimeno Romero, que ha perdido la vida esta mañana en el cuarto encierro de los sanfermines, tras ... recibir una cornada en el cuello de uno de los astados.
Los residentes en esta barriada de Alcalá de Henares, una zona obrera donde los bloques de viviendas se arraciman en torno a patios de tierra en los que los más pequeños corretean y los mayores comparten litronas, se han visto hoy sacudidos por la fatídica noticia. Entre los que conocían al finado sólo de vista predominaba el asombro por la avalancha de medios de comunicación hacia un barrio habitualmente dejado de la mano de Dios. Para los que conocían de cerca a Daniel, ha sido un verdadero mazazo.
Eso, un mazazo inesperado es lo que se ha llevado uno de los vecinos del número 300 de la calle, que era donde vivían Daniel y sus padres, cuando ha llegado a su casa y se ha encontrado en la escalera a un grupo de ávidos reporteros interrogando a una de las vecinas de Daniel. "Isabel, no me digas que el de los sanfermines ha sido Dani".
De barrio «de toda la vida»
Daniel Jimeno era, según le han descrito los que le conocían, un muchacho trabajador. "Todo lo bueno que se diga de él es poco", ha comentado visiblemente afectada Ángeles, una de sus vecinas. Daniel trabajaba como cristalero en unos almacenes de suministros de construcción en la carretera de Barcelona.
Como "un chaval del barrio de toda la vida" le ha descrito Isabel. A este perfil obedece su biografía. Unos años menor que su única hermana, Raquel, Daniel vivía con sus padres, Juan Antonio, un empleado prejubilado de Telefónica amante de la caza, y Mari Carmen, ama de casa. Todavía no había encontrado el momento de dar el salto para irse a vivir con Cristina, la muchacha a la que en el barrio califican "como su novia de toda la vida".
La afición por correr encierros no es reciente en Daniel. Él era un experto corredor. Acudía todos los años con su familia a Pamplona para hacer una de las cosas que más le divertía, correr delante de una manada de toros. "También corría encierros en otros sitios", han explicado sus vecinos. Y es que, según han contado los que le conocían, Daniel era un chico muy divertido, al que "le gustaba todo lo que a un chaval de su edad, las fiestas también".
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