Había expectación, y mucha, por ver el primer fichaje de la 'segunda era' de Florentino Pérez. Se notaba desde mucho antes que comenzara la presentación oficial de Kaká. En las inmediaciones del Santiago Bernabéu los seguidores hacían cola desde tempranas horas de la tarde. “Yo he pasado por aquí a las tres y media y ya había un montón de gente”, comentaba un aficionado.

Coger la línea 10 de metro tal día como hoy era una odisea. Al llegar a la parada del estadio, una multitud salía a la calle en dirección al campo. Pero peor se ponían las cosas al intentar entrar. Metros y metros de colas alrededor de todo el estadio. Y cuando abrieron las puertas del Bernabéu, entre empujones y tumultos, la gente trataba de acceder al templo madridista. “Esto es una vergüenza. Deberían abrir todas las puertas”, comentaba, indignado, un aficionado.

Más de 40,000 personas, según algunos cálculos, estaban presentes este martes en el Santiago Bernabéu. No en vano, la grada del fondo norte estaba repleta para ver de frente al brasileño. Pero el público se extendía incluso hasta el fondo sur -aunque poco podían ver, de espaldas al acto-. Algunas banderas de Brasil acompañaban a los símbolos del madridismo.

Los cánticos contra el eterno rival y las loas al club de sus amores sonaban en los momentos previos al comienzo del acto. Había una pancarta un tanto escatológica que rezaba: “Con calderón, mierda; con Florentino, Kaká”. La grada se iba caldeando cuando iban desfilando los personajes: Di Stefano, Valdano, Butragüeño, Pardeza, Florentino -que coreó su nombre todo el estadio-, y finalmente el protagonista de la noche.

Blanco y radiante, hizo su entrada en el campo el astro brasileño. En la elástica madridista lucía el dorsal 8 -hasta ahora de Gago-. Entonces se desató la locura. Con la pantalla gigante proyectando vídeos del jugador, comenzó el desfile de Kaká por la 'pasarela Bernabéu'. Saludó al público, posó para las cámaras y firmó autógrafos a algunos niños que se acercaron.

Concluida la pomposa puesta en escena, al más puro estilo de una superproducción de Hollywood, el actor principal -Kaká-, el secundario -Florentino-, y los extras -Valdano, Butragueño, Pardeza y compañía-, se dirigieron a la sala de prensa del Bernabéu. Allí, los afortunados, que entraron pudieron escuchar las razones que llevaron al brasileño a acabar en el Real Madrid.

Sin pulsera no se entraY es que el acceso a la sala de prensa merece un capítulo aparte. Con más de 400 periodistas acreditados, sólo la mitad cabían en el recinto donde Kaká hizo sus primeras declaraciones como madridista. Y para entrar había que tener una pulserita verde, que sólo los más privilegiados consiguieron. Compuestos y sin pulsera, para muchos compañeros se acabó aquí la presentación del primer fichaje de la 'segunda era Florentino'.

Mientras, en la tienda del Real Madrid había ya algunos aficionados que hacían cola para adquirir la camiseta del flamante jugador madridista. “Sólo hay algunas de la talla XL hechas, el resto te las tienen que marcar allí”, comentaba un niño que llevaba dos camisetas de Kaká, en una bolsa la del Madrid y puesta la del pasado rossonero del brasileño.

Felices con la camiseta del nuevo jugador blanco y contentos tras ver el show 'made in Florentino', se marcharon del Santiago Bernabéu los miles de aficionados congregados en el templo madridista para ver la presentación de Ricardo Kaká. Sólo los defectos organizativos y la falta de césped en el terreno de juego empañaron una fiesta que provocó más expectación de la prevista.