Casquero logra el respaldo a su gestión en la AVT tras un duro choque con Alcaraz

La asamblea anual de la Asociación Víctimas del Terrorismo celebrada ayer puso en evidencia el fuerte enfrentamiento que hay entre los partidarios de su presidente, Juan Antonio García Casquero, y los de su antecesor en el cargo, Francisco José Alcaraz. El clima de tensión fue tan elevado que puede decirse que la AVT ha quedado partida por la mitad, aunque la actual junta directiva logró que fuera aprobada por mayoría su gestión. No obstante, las espadas siguen en alto.

«Esto se ha convertido en una lucha por el poder. Estamos dando un espectáculo». De esta forma resumían dos afiliados la asamblea, que tenía entre otros cometidos aprobar las cuentas de la asociación en el primer año de mandato de García Casquero, quien relevó en abril de 2008 a Alcaraz después de cuatro años en el cargo.

Clima de discordia

El debate de los dos primeros puntos del orden del día -la gestión económica y el nombramiento del nuevo tesorero y secretario- se prolongó durante tres horas en un clima de discordia que se tradujo en descalificaciones entre partidarios de uno y otro bando. «¡Esto es una vergüenza!», «¡Eres un caradura!», «¡Chorizo!», «¡Nos has engañado!», fueron algunos de los gritos que se cruzaron. Las voces más críticas con la actual dirección fueron las de un grupo de asociados dirigidos por Francisco José Alcaraz, los del ex delegado de la asociación en Navarra, Salvador Ulayar, y Ortega Lara, ex funcionario de prisiones secuestrado por ETA. En los días previos a la asamblea, Alcaraz había acusado al presidente de la AVT de adulterar las cuentas de la asociación, en las que hay fondos públicos y aportaciones privadas.

Pese al duro enfrentamiento, García Casquero consiguió que fuera respaldada su gestión. La asamblea terminó a primera hora de la tarde con la aprobación por mayoría de cuatro puntos: cuentas, presupuesto, plan de acción y gestión de la junta directiva. Las vacantes dejadas en los cargos de tesorería y secretaría fueron ocupadas por Mapi de las Heras, viuda de Fernando Múgica, y Alfonso Sánchez.