A los 27 años, Xabi Alonso disfruta del mejor momento de su carrera. Se ha hecho imprescindible en la selección y le desea Florentino Pérez para jugar junto a Kaká y Cristiano Ronaldo. Ya no es ese futbolista que entraba y salía del equipo con Luis Aragonés. Ahora, comparte galones con Xavi.
-¿Qué tal la experiencia surafricana? ¿Había estado alguna vez de turismo en este continente?
-No había visitado Marruecos, ni Túnez, ni ningún otro lugar otro del norte, y mucho menos viajado por el sur. Por lo tanto, estoy encantado de conocer otro continente. Como probablemente repitamos el año que viene, está bien esta primera toma de contacto.
-¿Qué le parece llevar un Mundial a África?
-Espero que esté bien. Tendrá sus cosas negativas, pero hay que democratizar el fútbol y llevarlo a todas partes, no sólo a los países de las primeras potencias. Será un empujón muy importante para el emergente fútbol africano.
-Aparte de mejorar las infraestructuras, ¿considera que garantizar que el césped esté en buen estado es una de las asignaturas pendientes cara al Mundial?
-Si se pretende ver un fútbol bueno y vistoso, el estado del terreno es un condicionante fundamental. Nosotros acusamos mucho un campo malo. No vamos a decir que si se juega mal es culpa del césped, pero influye mucho. Aquí nos hemos quejado porque vimos que era cuestión sólo de regarlo y no entendíamos cómo no lo arreglaban.
-Se encuentran al límite después de un año tan cargado?
-No creo. Ha sido una temporada larga pero estamos con fuerzas para poder acabar bien. Quedan sólo dos partidos y luego vacaciones.
-¿No cree que era mejor haberse enfrentado a Italia en semifinales para realzar el torneo?
-En ese aspecto sí, pero lo bueno es que estamos en semifinales.
-¿Asume ya el papel de líder de esta selección?
-Juego muchos minutos y eso no es fácil en esta selección. Senna hizo un campeonato de Europa impresionante y era muy difícil poder entrar. Pero se lesionó y he aprovechado las circunstancias.
-Todos estos rumores de altas y bajas, típicos en estas fechas, cómo se viven desde dentro.
-Ya sabemos que en estas fechas los periódicos «venden» todas estas historias pero en general la gente lo lleva con tranquilidad.
-¿Qué cree que siente el pueblo cuando escucha que un jugador está triste porque no sabe si va cobrar seis millones u ocho?
-Es cierto que hay gente que está sufriendo muchos problemas pero es lo que hay. Se te escapan algunas cifras, igual que ves cuando se fusionan dos empresas y se hablan de millones de dólares.
-¿Han muerto los viejos valores del sentimentalismo, el amor a los colores?
-Definitivamente no, pero cada vez queda menos de eso. Se globaliza el fútbol, los más fuertes cada vez lo son más y las distancias son mayores. Todo se desequilibra pero es el ajuste del mercado.
-En Inglaterra, ¿se vive más el fútbol en estado puro?
-Probablemente sí. Este año, por ejemplo, no he dado ni una rueda de prensa. Lo comento con mis compañeros de selección y alucinan. Todo este ambiente de tranquilidad se agradece. Todo el interés se centra en el partido. No interesa lo que se diga durante la semana.
-¿Es cierto que tiene mal «feeling» con Rafa Benítez, que es tan detallista que se hace insoportable?
-Hombre... Es muy metódico exigente, para empezar consigo mismo. Tenemos una relación profesional, de entrenador a jugador.
-¿Se ve el próximo curso en Anfield o eso ya es imposible?
-No descarto nada. Mi futuro aún no está decidido.
-Para un tolosarra de la Real y del Barça, ¿eso de fichar por el Real Madrid cómo se lleva?
-No vaya por ahí. A eso no le puedo responder.





